Hay locales que, a pesar de su ubicación, te transportan a lugares muy distantes. Esto es lo que sucede con el restaurante Cazorla, situado en Madrid, en plena calle de Alcalá, junto a la plaza de las Ventas. Una vez traspasas el umbral, te encuentras como en una taberna de la Caleta en Cádiz.
Ubicación: Alcala, 261 tlf. 913266405
Localidad: Madrid.
Localidad: Madrid.
Como llegar: Metro Carmen - linea 5
Bus: 38, 70, 146.
Este local nació con vocación de restaurante y, tras un periodo de meritoriaje, consiguió la licenciatura con nota. Al mismo tiempo, realizó los estudios técnicos y los culminó, igualmente, con la tan ansiada calificación "cum laudem" en su vocación de taberna andaluza.
En virtud de su doble licenciatura, el local se divide en dos zonas: la primera es la taberna, una zona con barra, mesas altas y algún barril. Esta zona es ideal para cañear, chatear y tapear, hablar con los amigos de forma desenfadada o, simplemente, esperar a que te den mesa para cenar. La segunda zona es la dedicada al restaurante: un comedor con diez o quince mesas, más serio y formal.
La atención en ambas zonas es igual de buena. El personal destaca por su amabilidad, rapidez, educación y profesionalidad.
El Cazorla hace cocina andaluza, con productos de primera calidad y muy bien preparados.
La casa se ha especializado en productos del mar, por ello no extraña que sobresalga su excelente fritura, sencillamente exquisita. No debemos olvidar los arroces -hechos en el momento-, la merluza -en todas las variedades-, el rape con almejas etc... Tampoco hay que dejar a un lado los platos de carne de buey - sensacionales-. Un menú tan sabroso debe concluir como mandan los cánones con un postre a su altura: las filloas rellenas de crema con nata y chocolate, el mil hojas de crema y nata o el pudin casero están para chuparse los dedos.
Dicho esto, sería suficiente ¿No? Pues no, tengo que añadir varias cosas: la primera que las raciones son muy generosas. Hay que tener cuidado con los arroces porque las raciones son tan abundantes que, a buen seguro, os veréis obligados a llevar para casa lo que sobre. En segundo lugar: en la zona de taberna, el aperitivo es abundante y se ofrece la posibilidad de pedir platos que se sirven en el restaurante, para quitarse el sombrero. A mí me encanta tomar una caña y asistir a la ceremonia de "el calentito", un aperitivo recién hecho que puede consistir en una fritura de boquerones y berenjenas o en una morcilla de burgos con patatas o quizás en un revuelto de patatas.
Puestos a contar secretillos, os diré que los martes, Alejandro, un camarero con oficio de cocinero de altos vuelos, suele hacer unos huevos rellenos que quitan el sentido. El relleno varía según los días. Yo, en concreto, probé unos de salmón con anchoas y alcaparras que me parecieron el sumun de los huevos rellenos y os aseguro que entiendo un poco de huevos rellenos. Se sirven en restaurante y como aperitivo de cañas ¡para morirse!
No dejéis de ir al Cazorla de la calle Alcalá, es uno de los mejores restaurantes y tabernas andaluzas de Madrid. Pedid fritura y no dejéis de preguntar por los huevos rellenos, por si hay suerte, ¡Mi arma!
Este local nació con vocación de restaurante y, tras un periodo de meritoriaje, consiguió la licenciatura con nota. Al mismo tiempo, realizó los estudios técnicos y los culminó, igualmente, con la tan ansiada calificación "cum laudem" en su vocación de taberna andaluza.
En virtud de su doble licenciatura, el local se divide en dos zonas: la primera es la taberna, una zona con barra, mesas altas y algún barril. Esta zona es ideal para cañear, chatear y tapear, hablar con los amigos de forma desenfadada o, simplemente, esperar a que te den mesa para cenar. La segunda zona es la dedicada al restaurante: un comedor con diez o quince mesas, más serio y formal.
La atención en ambas zonas es igual de buena. El personal destaca por su amabilidad, rapidez, educación y profesionalidad.
El Cazorla hace cocina andaluza, con productos de primera calidad y muy bien preparados.
La casa se ha especializado en productos del mar, por ello no extraña que sobresalga su excelente fritura, sencillamente exquisita. No debemos olvidar los arroces -hechos en el momento-, la merluza -en todas las variedades-, el rape con almejas etc... Tampoco hay que dejar a un lado los platos de carne de buey - sensacionales-. Un menú tan sabroso debe concluir como mandan los cánones con un postre a su altura: las filloas rellenas de crema con nata y chocolate, el mil hojas de crema y nata o el pudin casero están para chuparse los dedos.
Dicho esto, sería suficiente ¿No? Pues no, tengo que añadir varias cosas: la primera que las raciones son muy generosas. Hay que tener cuidado con los arroces porque las raciones son tan abundantes que, a buen seguro, os veréis obligados a llevar para casa lo que sobre. En segundo lugar: en la zona de taberna, el aperitivo es abundante y se ofrece la posibilidad de pedir platos que se sirven en el restaurante, para quitarse el sombrero. A mí me encanta tomar una caña y asistir a la ceremonia de "el calentito", un aperitivo recién hecho que puede consistir en una fritura de boquerones y berenjenas o en una morcilla de burgos con patatas o quizás en un revuelto de patatas.
Puestos a contar secretillos, os diré que los martes, Alejandro, un camarero con oficio de cocinero de altos vuelos, suele hacer unos huevos rellenos que quitan el sentido. El relleno varía según los días. Yo, en concreto, probé unos de salmón con anchoas y alcaparras que me parecieron el sumun de los huevos rellenos y os aseguro que entiendo un poco de huevos rellenos. Se sirven en restaurante y como aperitivo de cañas ¡para morirse!
No dejéis de ir al Cazorla de la calle Alcalá, es uno de los mejores restaurantes y tabernas andaluzas de Madrid. Pedid fritura y no dejéis de preguntar por los huevos rellenos, por si hay suerte, ¡Mi arma!
No hay comentarios:
Publicar un comentario