Palabras que emprenden el vuelo entre la espuma de las olas que rompen contra las rocas.
Hojuelas:
Fruta de sartén, muy extendida y delgada.
Hollejo o cascarilla que queda de la aceituna molida, y que se vuelve a moler.
Hoja muy delgada, estrecha y larga, de oro, plata u otro metal, que sirve para galones, bordados, etc.
Cada una de las hojas que forman parte de otra compuesta.
Justillo:
Prenda interior sin mangas, que ciñe el cuerpo y no baja de la cintura.
Lanzada:
Golpe que se da con la lanza.
Herida que con ella se hace.
Unidad usual para la venta de adobes, que consta de 220 de estos.
Lanzada a moro muerto.
Ataque u ofensa contra enemigos, obstáculos, situaciones, etc., ya inexistentes.
Suerte antigua que consistía en esperar el diestro al toro, rodilla en tierra, con una lanza muy fuerte cuyo cuento estaba afirmado en un hoyo abierto en el suelo y la cual enderezaba al testuz de la fiera para que esta, al acometer, se la clavase.
Lanzado, da.
Dicho de una cosa: Muy veloz o emprendida con mucho ánimo.
Impetuoso, fogoso, decidido, arrojado.
En la pesca con caña, acción de proyectar el cebo a distancia.
Movimiento que se enseña al caballo, obligándole a saltar hacia adelante sobre las patas traseras con los brazos en el aire.
Matute:
Introducción de géneros en una población sin pagar el impuesto de consumos.
Casa de juegos prohibidos.
A escondidas, clandestinamente.
Pella:
Masa que se une y aprieta, regularmente en forma redonda.
Conjunto de los tallitos de la coliflor y otras plantas semejantes, antes de florecer, que son la parte más delicada y que más se aprecia.
Masa de los metales fundidos o sin labrar.
Manteca del puerco tal como se quita de él.
Porción pequeña y redondeada de manjar blanco, merengue, etc., con que se adornan algunos platos de postre.
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