sábado, 19 de septiembre de 2015

El muelle de los zapatos

Zapatos budapest holocausto   Europa se debate entre lo que hace y lo que le gustaría hacer, entre la solidaridad y el egoísmo, entre lo políticamente correcto y lo incorrecto, entre la hipocresía y la realidad. No deberíamos olvidar episodios que se han producido en Europa, por europeos y sobre europeos. Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla. Episodios como el siguiente:

   A finales de la década de los 30, Hungría se había convertido en un refugio para miles de judíos que llegaban de toda Europa al ser el país magiar un aliado de Alemania. Sin embargo, cuando en 1944 Alemania ocupó definitivamente el país, la situación cambió totalmente. Se les restringieron los derechos, fueron perseguidos y deportados. Finalmente, solo quedaron los judíos de Budapest. Al principio, distribuidos por toda la ciudad; poco después, encerrados en guetos.

Durante la noche del 8 de enero de 1945, una brigada de ejecución de la Cruz Flechada (Arrow Cross) irrumpió en el gueto de Budapest y condujo a sus ocupantes a orillas del Danubio. Allí se les ató en parejas y, tras fusilar a uno solo, se obligó al superviviente a saltar al río, arrastrando, en su desesperada caída, a su compañero muerto. 

 Los Nyilaskeresztes Párt (en húngaro), dirigidos por Ferenc Szálasi dirigieron el país menos de medio año -exactamente, del 15 de octubre de 1944 al 28 de marzo de 1945- y en esos pocos meses asesinaron de doce a quince mil personas, en su mayor parte judíos, y deportaron a más de ochenta mil al Campo de Concentración de Auschwitz.
    El muelle, ubicado entre el Parlamento y el célebre Puente de las Cadenas, es depositario de un original monumento, tanto por su forma como por su significado.
     Esta obra, diseñada por Togay y Gyula Pauer, representa los zapatos de hombres, mujeres y niños, víctimas inocentes que fueron asesinadas y arrojadas a las frías aguas del Danubio. 
    El monumento rinde homenaje a la memoria de las víctimas con la intención de evitar que caiga en el olvido uno de los episodios más funestos de la historia de la humanidad.



Fotografía: J Ruiz

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