Hoy viernes, sin esperar al domingo, hay un ganador. Es indiscutible, a pesar de que un alto porcentaje de su victoria se deba a la ineptitud de los adversarios.
Adversarios que han entrado en el juego tramposo y fulero que él mismo ha propuesto y en el que sus rivales, debido a su miopía intelectual, han participado.
El juego ha sido el típico del tonto y la linde. Como tal -tonto, quiero decir-, le debieron tomar, como el Más tonto, aquel que es capaz de seguir andando cuando se acaba la linde.
En cambio, todos: políticos, periodistas, televisiones y público en general, han seguido al Mas y cuando se ha acabado la linde, han seguido a la charanga encabezada por el Flautista de Barcelona.
Ahora veremos en qué termina todo esto porque ya se sabe que lo que lía el Mas tonto no lo deslían ni cien listos. No obstante, hoy, el viernes previo a la consulta autonomista, ha ganado.
¡Felicidades, Arturo Mas!
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