domingo, 4 de octubre de 2015

El 20 de diciembre elecciones

   La opinión sobre las cosas varía dependiendo del lugar que ocupe el observador o de la graduación de la lente que use para mirar. Por eso, lo que es un cuento de hadas para unos, para otros es una tragedia griega. 
  La teoría de la relatividad se ve plasmada en la realidad, al coexistir muchos mundos paralelos en un mismo espacio y tiempo.
  El transvase de un mundo a otro es asunto difícil, más si se es un inmovilista o  se empecina uno en ir por la vida con las gafapasta de siempre, sin  intentar ver mas allá de sus narices.  
  En fin, es lamentable, pero la persona que ha vivido en la distancia, que ha creado una muralla a su alrededor, que se ha atrincherado en un plasma, que tiene el volumen puesto al tope, que no escucha más que sus propias palabras o las de sus voceros que repiten machaconamente lo bien que va todo, lo positivo de esto y de lo otro, lo acertado de las medidas y las decisiones tomadas, ya no tiene remedio. No se entera de nada. 
   Por ello, lo mejor, lo sensato, lo coherente es dar un final acorde al mundo vivido y eso precisamente, ese final, es de las pocas decisiones acertadas que ha tomado en los últimos cuatro años. 
   El poner termino a su periplo de la mano de las muñecas de Famosa, los turrones del almendro, los mazapanes de la Viuda, el calvo de Navidad y todo el elenco de actores y actrices navideños es, cuando menos, atinado. La decisión además, se va a convertir en el mejor regalo de Navidad o de Reyes que vamos a recibir.
     ¿Hay mejor final para la ensoñación vivida por Don Mariano? Yo, sinceramente, creo que no. Por lo tanto,  Mariano, "vuelve a casa - a la tuya, por supuesto,- vuelve, por Navidad".         

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