jueves, 29 de diciembre de 2016

La Institución Libre de Enseñanza y el Prado de la mano

INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA
Paseo General Martínez Campos, 14.

Del 1/12/2016 al 23/04/2017 





El pedagogo e historiador del arte Manuel Bartolomé Cossío (1857-1935) -uno de los más destacados de la Europa de su tiempo- ocupa un significativo lugar en el proyecto modernizador de la Institución Libre de Enseñanza (ILE). 


Fue el principal y más cercano discípulo de Francisco Giner de los Ríos, cuya labor al frente de la ILE continuó tras la muerte de éste en 1915. En 1916 puso en marcha la Fundación que lleva el nombre del maestro, con el fin de velar por el patrimonio material e intelectual de la ILE y darle continuidad. Desde entonces, la Fundación Francisco Giner de los Ríos se identifica con la Institución Libre de Enseñanza y su propuesta de modernización de la sociedad española por medio de la educación y el cultivo de la ciencia.

Esta exposición sobre Manuel B. Cossío quiere dar a conocer su legado intelectual y rendirle homenaje cuando se conmemoran los cien años de la creación, por iniciativa suya, de la Fundación Francisco Giner de los Ríos. 

La vida y la obra de Cossío no se pueden separar de su opción por una pedagogía activa en la que se prioriza una educación integral frente a la instrucción, en la que el amor a la ciencia constituye el principal fundamento y en la que el proceso de conocimiento resulta inseparable del goce estético, y este último del imperativo ético. Sobre este firme suelo se asienta el papel que jugaron los institucionistas, y especialmente Cossío, en la construcción de la Historia del Arte como disciplina científica, que tiene que ver con la concepción estética del krausismo, pero también con la preocupación por movilizar «el alma de todo un pueblo» -en palabras de Cossío atribuidas a Giner-, lo que dará lugar a iniciativas de tanta relevancia como la Extensión Universitaria de Oviedo o las Misiones Pedagógicas. 

El descubrimiento y la revalorización del Greco por Cossío forma parte de esa nueva lectura de la tradición española, hecha con las exigencias de rigor científico propias del institucionismo, que da como fruto un libro fundamental que fue punto de partida en los estudios sobre el pintor y que todavía hoy sigue siendo de referencia obligada. El núcleo de la exposición gira en torno a este libro: se muestran sus antecedentes, las fuentes empleadas por Cossío para escribirlo, algunos ejemplos de la labor investigadora recogida en sus páginas, y su recepción crítica dentro y fuera de España. 

Por último, una parte de la exposición está dedicada a la ciudad de Toledo como crisol de culturas -ya que se convierte en emblema de la España liberal, de visita obligada para los corresponsales internacionales del institucionismo- y como crisol entre tradición y vanguardia, representada por los jóvenes creadores de la Residencia de Estudiantes. 











Metapintura. Un viaje a la idea del arte


Del 15/11/2016 al 19/02/2017 

Huyendo de la crítica (1874)  Peré y Borrel 

El Museo del Prado propone un nuevo acercamiento a sus colecciones con Metapintura, una muestra que se inscribe en la serie de exposiciones, que comenzó en 2010 con Rubens y continuó con Belleza encerrada (2013) y Goya en Madrid (2014), para ofrecer al visitante la oportunidad de reflexionar sobre la propia colección y contemplar las obras articuladas en un contexto inédito abierto a nuevas lecturas.
Metapintura sugiere un viaje que comienza con los relatos mitológicos y religiosos sobre los orígenes de la actividad artística en los albores de la Edad Moderna y finaliza en 1819, año de la creación del Museo del Prado, para celebrar así, también, el 197 aniversario de esta institución concebida como templo de las artes, y que supuso, a comienzos del siglo XIX, la entronización de éstas como material útil a la sociedad.
Una exposición que pretende hacer reflexionar al visitante sobre dos fenómenos complementarios. Por un lado, el hecho de que durante los siglos XVI, XVII y XVIII no existía una concepción de la historia en términos nacionales sino un concepto mucho más amplio de la idea del arte, un lenguaje universal que no conocía fronteras. Prueba de ello son las obras de pintores españoles, italianos y flamencos en las que se rinde tributo explícito a Tiziano y que pueden verse en la exposición. Por otro lado, a través de la presencia de Jovellanos y de los primeros escritos españoles modernos sobre historia del arte en la muestra, el visitante podrá entender cómo a finales del siglo XVIII nace una concepción moderna de la historia del arte ligada a la historia nacional.
El recorrido planteado en esta exposición se contextualiza en dos de los pilares más ligados al Prado y que constituyen su columna vertebral: las Colecciones Reales y el arte español, dos términos inseparables ya que el desarrollo del arte español estuvo íntimamente condicionado por la existencia de las colecciones reales. Un itinerario, muy variado desde el punto de vista material, ya que incluye pinturas, dibujos, estampas, libros, medallas, piezas de artes decorativas y esculturas, de las cuales 22 han sido prestadas por 18 museos y coleccionistas diferentes como la Fundación Casa de Alba, la National Gallery de Londres,  el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el Banco de España o el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
137 obras que hacen alusión al arte o las imágenes porque representan a artistas como los autorretratos de Tiziano, MurilloBernini o Goya; porque incluyen otras pinturas o esculturas como San Benito destruyendo los ídolos de Rizi o Palas y Aracne de Rubens; o porque abordan alguna cuestión relacionada con la definición del arte y su historia como el libro de José García Hidalgo, Principios para estudiar el nobilissimo, y real arte de la pintura… o el retrato de Jovellanos, obra de Goya.
Como tal viaje, esta muestra se divide en etapas. Quince etapas que hablan de la relación entre el arte, el artista y la sociedad, y cada una de las cuales aborda un asunto específico: los poderes atribuidos a la imagen religiosa, el papel desempeñado por el cuadro dentro del cuadro, el intento de los artistas por romper el espacio pictórico y prorrogarlo hacia el del espectador, los orígenes y el funcionamiento de la idea de tradición artística, los retratos y autorretratos de artistas, los lugares de la creación o del coleccionismo artístico, el origen del concepto moderno de la historia del arte, la subjetividad que irrumpe en los autorretratos desde la Ilustración o la importancia que en el debate artístico moderno tuvieron los conceptos de amor, muerte y fama.
Además, en esta exposición el Museo del Prado rinde homenaje a Cervantes en el IV centenario de su fallecimiento ya que reserva un espacio al Quijote, como hito universal de la literatura autorreferencial, poniéndolo en relación con Las meninas. Así como la obra de Cervantes es una novela sobre la novela, la de Velázquez es una pintura sobre la pintura, en la que el autor no solo se representa pintando, sino que aborda varias cuestiones importantes sobre las posibilidades del arte de la pintura y el papel del pintor.
Las meninas permanecerá en la sala 12 del edificio Villanueva, donde se expone habitualmente, pero está presente en la exposición a través de una reproducción actual de un fragmento del grafoscopio de Laurent frente a primeras ediciones de las dos partes del Quijote,  para recordar al visitante que dos de las obras maestras del Siglo de Oro en España son puntos de referencia para la historia de la metaficción.

Comisario:
Javier Portús, Jefe de Conservación de Pintura Española (hasta 1700) del Museo Nacional del Prado.

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