Situado en la calle Ayala nº19, abre sus puertas en el año 1940, a poco de haber terminado la guerra civil. Aunque hay que esperar a 1961 que es comprado por la familia Viesca, que se convierte en el Jurucha de hoy en día.
Empezó como un lugar de aperitivos de marisco y frituras, años más tarde comienza su consolidación como bar de tapas y pinchos.
Más de 50 años lo avalan, todo un reto en el mundo de la hostelería.
Ofrecen una carta de más de 60 canapés, que elaboran diariamente cuidando el producto, recurriendo al de temporada y la presentación. Su público fiel los devora.
Es uno de los bares en lo que se toman las mejores tapas y pinchos de Madrid. Es un lugar en el que los clientes pasan de generación en generación; de abuelos a hijos y a nietos. Familias enteras han disfrutado de las tapas y pinchos de este emblemático lugar.
Los camareros no paran ni un segundo cuando llega la hora del aperitivo, aperitivo, que se convierte en almuerzo. Es un ir y venir de clientes continuo.
El libro “50 años de tapas en Madrid”, que con motivo del 50 aniversario del local se ha escrito con las recetas de los cerca de 60 pinchos que aquí se ofrecen.
De los pinchos son de destacar todos o casi todos, especial mención a su tortilla de patatas, las croquetas de huevo y las empanadillas.
Tiene un pequeño comedor y hasta una pequeña terraza. Pero si sois de barra, no encontraréis nada mejor en todo Madrid.
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