Nació en el seno de una humilde familia, sus padres Luis y Vicenta y sus hermanos Pilar, que llegó a ser una gran pianista, estudió en París y llegó a dar conciertos en el Teatro Real de Madrid; y Pablo catedrático de Física y Química, y que perteneció al Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Obtuvo la titulación de Maestra de Primera Enseñanza en diciembre de 1921. Sus ansias de saber le llevaron a matricularse en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, en la rama de Ciencias Químicas, obteniendo la calificación de sobresaliente y matrícula de honor en todas las asignaturas. En 1927 obtiene el título del Grado de Licenciada y en 1929 obtiene la titulación de Doctor en la Facultad de Ciencias, Sección de Químicas, de esta forma es que Jenara Vicenta se convirtió en la primera doctora en Ciencias Químicas de España.
Tras finalizar sus estudios, inició su labor como investigadora en los laboratorios de Química teórica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, en la Escuela Industrial de la misma ciudad, la Escuela Superior de Trabajo de Madrid, el Anstalt für Anorganische Chemie de la Universidad de Basilea y el Instituto Nacional de Física y Química de Madrid.
En 1929 entró a formar parte de la Sociedad Española de Física y Química, por su destacada labor investigadora tanto en España como en el extranjero.
Durante la Segunda República Española Jenara Vicenta estuvo trabajando en el Instituto Nacional de Física y Química en la sección dedicada a la electroquímica.
Cuando estalla la guerra estaba en Madrid y en 1937 sale de España y está un tiempo en Francia, de donde vuelve para entrar en la zona nacional. Tras la guerra pudo ejercer sin ser sancionada.
Siguió interesada durante la época franquista en la investigación científica, realizando diversos trabajos para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), además de formar parte del Instituto de Pedagogía San José de Calasanz y colaborar en el Boletín Bibliográfico del CSIC, dejando una gran huella su pensamiento científico, lo cual queda patente en publicaciones destinadas a los maestros e inspectores de Enseñanza Primaria mediante la Biblioteca Auxiliar de Educación.
A la pasión por la investigación se juntaba la pasión por la docencia, a la que dedicó también gran parte de su vida.
Comenzó su periplo como docente en 1926, realizando trabajos como ayudante de clases prácticas con destino a la cátedra de Química Analítica en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, al tiempo estuvo encargada del primer curso de la asignatura de Química inorgánica, debido a que el catedrático estaba legalmente ausente. En el mismo año 1927 consiguió un contrato, como auxiliar temporal de la cátedra de Electroquímica y Ampliación de Física, en la misma Facultad. En 1930 aprueba las oposiciones a catedrática de instituto, la que la convierte en la undécimo primera mujer española en conseguirlo y en la segunda catedrática en ciencias, se dedica a la enseñanza secundaria en institutos.
Cuando estalla la Guerra Civil Española el gobierno de la República la tuvo como disponible gubernativo, cobrando dos terceras partes del sueldo, al tiempo que se llevó a cabo una depuración del personal del Ministerio de Instrucción Pública. Jenara Vicenta no tenía una inclinación política hacia ninguno de los dos bandos, lo cual le permitió no ser represaliada y conseguir salir de Madrid para entrar, tras un período en Francia, a la zona nacional, donde se presentó ante la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado, que la reintegró a su cátedra de Bilbao.
Como Jenara Vicenta quería trabajar como docente solicitó pasar al Instituto Femenino Beatriz Galindo, lo cual se le concedió por las necesidades de la enseñanza, y en carácter provisional, en 1939, aunque su plaza como catedrática de Física y Química seguía en el Instituto de Bilbao. En 1940 la Comisión de Depuración de Madrid la readmite como catedrática del Instituto Beatriz Galindo de Madrid sin imposición de sanción, donde llegó a desempeñar cargos en el equipo directivo del centro.
Obtuvo la titulación de Maestra de Primera Enseñanza en diciembre de 1921. Sus ansias de saber le llevaron a matricularse en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, en la rama de Ciencias Químicas, obteniendo la calificación de sobresaliente y matrícula de honor en todas las asignaturas. En 1927 obtiene el título del Grado de Licenciada y en 1929 obtiene la titulación de Doctor en la Facultad de Ciencias, Sección de Químicas, de esta forma es que Jenara Vicenta se convirtió en la primera doctora en Ciencias Químicas de España.
Tras finalizar sus estudios, inició su labor como investigadora en los laboratorios de Química teórica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, en la Escuela Industrial de la misma ciudad, la Escuela Superior de Trabajo de Madrid, el Anstalt für Anorganische Chemie de la Universidad de Basilea y el Instituto Nacional de Física y Química de Madrid.
En 1929 entró a formar parte de la Sociedad Española de Física y Química, por su destacada labor investigadora tanto en España como en el extranjero.
Durante la Segunda República Española Jenara Vicenta estuvo trabajando en el Instituto Nacional de Física y Química en la sección dedicada a la electroquímica.
Cuando estalla la guerra estaba en Madrid y en 1937 sale de España y está un tiempo en Francia, de donde vuelve para entrar en la zona nacional. Tras la guerra pudo ejercer sin ser sancionada.
Siguió interesada durante la época franquista en la investigación científica, realizando diversos trabajos para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), además de formar parte del Instituto de Pedagogía San José de Calasanz y colaborar en el Boletín Bibliográfico del CSIC, dejando una gran huella su pensamiento científico, lo cual queda patente en publicaciones destinadas a los maestros e inspectores de Enseñanza Primaria mediante la Biblioteca Auxiliar de Educación.
A la pasión por la investigación se juntaba la pasión por la docencia, a la que dedicó también gran parte de su vida.
Comenzó su periplo como docente en 1926, realizando trabajos como ayudante de clases prácticas con destino a la cátedra de Química Analítica en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, al tiempo estuvo encargada del primer curso de la asignatura de Química inorgánica, debido a que el catedrático estaba legalmente ausente. En el mismo año 1927 consiguió un contrato, como auxiliar temporal de la cátedra de Electroquímica y Ampliación de Física, en la misma Facultad. En 1930 aprueba las oposiciones a catedrática de instituto, la que la convierte en la undécimo primera mujer española en conseguirlo y en la segunda catedrática en ciencias, se dedica a la enseñanza secundaria en institutos.
Cuando estalla la Guerra Civil Española el gobierno de la República la tuvo como disponible gubernativo, cobrando dos terceras partes del sueldo, al tiempo que se llevó a cabo una depuración del personal del Ministerio de Instrucción Pública. Jenara Vicenta no tenía una inclinación política hacia ninguno de los dos bandos, lo cual le permitió no ser represaliada y conseguir salir de Madrid para entrar, tras un período en Francia, a la zona nacional, donde se presentó ante la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado, que la reintegró a su cátedra de Bilbao.
Como Jenara Vicenta quería trabajar como docente solicitó pasar al Instituto Femenino Beatriz Galindo, lo cual se le concedió por las necesidades de la enseñanza, y en carácter provisional, en 1939, aunque su plaza como catedrática de Física y Química seguía en el Instituto de Bilbao. En 1940 la Comisión de Depuración de Madrid la readmite como catedrática del Instituto Beatriz Galindo de Madrid sin imposición de sanción, donde llegó a desempeñar cargos en el equipo directivo del centro.
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