Manuel Rodríguez Queizán trabajó como camarero en el Café Varela y mas tarde, en 1934, decidió establecerse en una taberna situada en la calle Embajadores con el nombre de Casa Manolo. Allí, y con la ayuda de su mujer Pepita, estuvieron hasta el año 1942.
Debido al mal estado en el que quedó la finca después de la guerra, se trasladaron a la calle de la Princesa, 83 que sigue siendo su actual emplazamiento. En 1968 se produjo el relevo, por fallecimiento de Manolo, a su hijo Enrique, que dirigió con éxito dos décadas de los años dorados del barrio de Argüelles como lugar de tapeo de estudiantes.
Desde 1982 es José Ramón, hijo de Enrique, es el que regenta el establecimiento, consiguiendo que te sientas como en tu casa, Un trato cordial, nada forzado, y mucha pasión por su trabajo. El mismo atiende las mesas con una gran sonrisa siempre.
Después de más 80 años, el espíritu de lugar tradicional sigue presente con una mezcla de Galicia y Madrid, lugar de origen de sus fundadores.
Encontrarás una barra luminosa y cómoda donde disponen de una gran variedad de tapas y raciones de las de toda la vida. Al fondo de la misma, hallarás un comedor cálido y acogedor con lámparas y aparadores de principio de siglo XX y un mostrador de nogal y estaño de 1870 de los que quedan en Madrid ya muy pocos.
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