Ángela Barnés Gonzalez nació en Ávila, donde Francisco Barnés ejercía de profesor. Tras asistir al colegio, recibía clases particulares de la hija del lechero que llegó a ser una magnífica profesora. En 1918 la familia se trasladó a Madrid, al serle ofrecido al padre un puesto de profesor de Historia en el Instituto-Escuela. Allí asistió al Instituto-Escuela.
A Ángela, a diferencia de sus hermanas mayores, le gustaba la historia del arte, y entró a los diez y seis años en la Escuela de Estudios Árabes. Por consejo de Ortega y Gasset. Ángela se especializó en lingüística árabe y trabajó con Asins Palacios, bajo cuya dirección hizo la tesis sobre alquimia árabe.
Al acabar la carrera el padre no dejó que hiciese los cursillos que la capacitaba para ejercer la enseñanza en secundaria. Francisco Barnés temía que su hija pequeña, tan lista como las mayores, sacase, como habían hecho sus hermanas, el primer puesto. Siendo él ministro, la posibilidad le incomodaba.
En 1935 se casó con Francisco Bozzano Prieto, que había estudiado el Bachillerato también en el Instituto-Escuela. En 1936 Ángela obtuvo una beca para trabajar como ayudante de Asins Palacios en la Escuela de Estudios Árabes. Pasó la Guerra Civil en San Lúcar de Barrameda con su familia política, donde tuvo su primera hija. Regresó a Madrid, y al igual que su hermana Dorotea, que también vivió durante el franquismo en España, nunca retomó su actividad profesional. El resto de la familia, padre y madre incluidos, permaneció en el exilio mexicano, donde continuaron su trabajo científico hasta la jubilación.
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