Abrió las puertas en 1887 como casa de comidas de la Posada de San Antonio, luego a principios del siglo pasado, se convirtió en el restaurante familiar que es hoy en día.
El denominador común desde su apertura ha sido la calidad de los productos que preparan.
. El primer responsable de la contemporánea taberna fue Segundo Vacas. La segunda, su mujer, que al fallecimiento de su marido renombró la casa como Viuda de Vacas. A ellos les sucedió el matrimonio formado por Juan Cánovas y Carmen Vacas, la heredera; y finalmente los hijos de estos, Belén, Juan Carlos y Javier Cánovas Vacas, quienes se encuentran actualmente al frente del negocio.
Todos, sin excepción han mantenido la cocina tradicional madrileña por la que siempre ha sido conocido. Primeramente cocinada con carbón, en la gran cocina de fundición que tenía el primigenio local en la calle de la Cava Alta, y más tarde en unos fogones mucho más contemporáneos, los que disponen en el emplazamiento que actualmente ocupan en la calle del Águila 2.
El comensal asiste en este casero establecimiento a platos y raciones que recordará de sus antepasados o que le transportarán a épocas pretéritas.
El comensal asiste en este casero establecimiento a platos y raciones que recordará de sus antepasados o que le transportarán a épocas pretéritas.
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