viernes, 23 de junio de 2023

Calles y plazas de Madrid. Paja

 

 La plaza de la Paja se encuentra en el centro histórico de Madrid, dentro del castizo barrio de La Latina. 

    Fue el gran mercado de Madrid durante los siglos XIII y XIV, y su auténtico centro neurálgico y ágora​. Entró en decadencia a partir del siglo XV, cuando el rey Juan II de Castilla ordenó construir la plaza del Arrabal (precedente de la plaza Mayor), a donde se desplazó la actividad comercial de la villa.

   Pese a ello, mantuvo su importancia como lugar de residencia de las principales familias nobiliarias de Madrid. En su entorno estaban situados diferentes palacios, como las casas palaciegas de los Laso de Castilla y de los marqueses de la Romana, entre otras, de los que sólo se conserva el palacio de los Vargas, apellido vinculado al patriciado urbano desde la conquista cristiana de la ciudad. El palacio, en la segunda mitad del S.XIX hubo un café, luego un teatro e imprenta. Además, desde uno de sus aposentos tenía su oficina la Caja de Imposiciones de Baldomera Larra, hija de Mariano José de Larra, desde la que fraguó una estafa piramidal de gran envergadura.​ 

 La plaza toma nombre de la obligación del vecindario de la villa de entregar paja a los capellanes y cabildo de la capilla del Obispo, para sus mulas.​

   Este recinto irregular e inclinado (pendiente provocada por el barranco del desaparecido arroyo de San Pedro por cuyo cauce pasa la calle de Segovia) está definido por tres conjuntos de interés histórico-artístico, tanto religiosos como civiles.

    La capilla del Obispo aparece adosada al complejo parroquial de la iglesia de San Andrés, aunque sin acceso directo al mismo. Fue construida entre 1520 y 1535, a instancias de la Casa de los Vargas, para albergar los restos mortales de San Isidro.

  Junto a la capilla, en el lado oriental del recinto, se alza el palacio de los Vargas, también del siglo XVI, pero cuya fachada fue transformada en el siglo XX, adoptándose una solución historicista y como prolongación de la capilla del Obispo, de forma que ambos conjuntos muestran idéntica fachada.    

Al norte de la plaza se conserva el jardín del Príncipe de Anglona, una de las escasas muestras de jardines nobiliarios del siglo XVIII de Madrid.​ 

   Al inicio del siglo XXI se urbanizó este espacio con un parque de tierra prensada con algunos árboles dispuestos en cuadrantes y delimitados por bordillos de granito, conjunto que permite salvar el desnivel del terreno. Pocos años antes se adornó la plazuela con una escultura de bronce, siguiendo la moda de figuras callejeras de tamaño natural, que representa a un hombre leyendo un periódico sentado en un banco de piedra adosado a la fachada del palacio de los Vargas.

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