sábado, 22 de febrero de 2025

Placios y casa de Madrid. Duques de Santoña

    

  En la esquina de las calles Huertas y Príncipe se encuentra el palacio de los duques  de Santoña, antes conocido por palacio de Goyeneche. Se trata de una construcción del siglo XVI, reformada posteriormente en el siglo XVIII por el arquitecto Pedro de Ribera, y en el siglo XIX por Antonio Ruiz de Salces.

    El aspecto exterior es el  de los palacios madrileños del siglo XVIII. Composiciones simétricas con perspectiva horizontal, combinando ladrillo con cantería, sobre todo en la portada principal, labrada en granito y con los elementos decorativos habituales hasta entonces en la madera de los retablos, que Ribera se especializó en aplicar a portadas palaciegas.   

  Cuando en el siglo XIX los duques de Santoña adquirieron el palacio lo adaptaron a los gustos de la época, decoración exótica con influencias orientales, que se ha conservado hasta la actualidad. En las paredes de sus estancias hay pinturas alusivas al comercio y a la industria, entremezcladas con otras relacionadas con las Bellas Artes.

   De su historia podemos decir que en 1593 adquiere cierta relevancia, debido a que sirvió de residencia durante algún tiempo al príncipe de Marruecos Muley Xeque, conocido como el Príncipe Negro y que después de bautizado se llamó Felipe de África.

   En 1731 el antiguo caserón fue adquirido por el político y banquero Juan Francisco de Goyeneche, Marqués de Ugena. Este terrateniente navarro había acumulado una gran fortuna como banquero de Felipe V e Isabel de Farnesio en las primeras décadas del siglo XVIII.     

  En 1800 el palacio fue alquilado por los sucesores de Goyeneche a la Contaduría del Pósito Real.Tras la guerra de la Independencia volvió a ser habitada por los condes de Saceda, pertenecientes a la poderosa familia de los Goyeneche, hasta el año 1874. Ese año es adquirido por don Juan Manuel de Manzanedo, Marqués de Manzanedo y Duque de Santoña, del que toma su nombre actual.

    En el año 1893 arruinada la duquesa a consecuencia del largo proceso de herencia, y por embargo judicial, la duquesa de Santoña debe abandonar el palacio.   

   La propiedad pasó entonces a José Canalejas, político del Partido Liberal y presidente del Gobierno, que lo habitó hasta el día de su asesinato, el 12 de noviembre de 1912. Su viuda continuó ocupando el palacio hasta su muerte, momento en que pasó a uno de sus sobrinos, que a su vez vendió la propiedad el 6 de junio de 1933 a la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, su actual propietaria y de la cual fue sede hasta el año 2003.


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