Su planta es rectangular. Consta de siete torres, que presentan formas variadas (cuadradas, rectangulares y pentagonales), construidas enteramente en piedra. Dispone de un patio de armas central, que es utilizado ocasionalmente como coso taurino. Estaba rodeado por un foso, integrado dentro del recinto amurallado donde se encuentra enclavado. Carece de torre del homenaje. Todas las torres son macizas hasta el nivel del adarve, excepción hecha de la pentagonal. Ésta es accesible desde el patio de armas central, a diferencia del resto, cuyo único acceso posible es a través del citado adarve.
En el interior de la alcazaba se están realizando trabajos varios. En los siglos XV y XVI, albergaba un palacio, adornado con yeserías y techumbres de gran calidad.
Historia
La fortificación primitiva pudo tener un activo papel repoblador a partir del año 1085, año en el que Buitrago del Lozoya pasó a manos cristianas. La Alcazaba quedó vinculada, desde la Reconquista, con la poderosa familia de los Mendoza, que constituyó la Comunidad de Villa y Tierra de Buitrago, dotada con capacidad jurisdiccional para repoblar.
En el siglo XV fue levantado el edificio actual, a instancias de Diego Hurtado de Mendoza de la Vega y Luna, que heredó de su padre el título de Duque del Infantado, uno de los que ostentaba la casa de Mendoza.
El castillo de Buitrago del Lozoya sufrió daños de consideración durante la guerra de la Independencia por parte de las tropas francesas, que lo convirtieron en cuartel durante cuatro años y destruyeron todo antes de retirarse en 1813.
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