sábado, 11 de mayo de 2013

Mi mundo gatuno y yo. Capitulo 6.



Carafina o Carafinita, para la familia, es una gatita muy tímida y callada, observa con detenimiento todo lo nuevo que pasa por delante de sus ojos. Si hay algo que despierta mucho  su curiosidad, se levanta y entonces comienza un ritual que consiste en acercarse despacito, golpear con la pata, olerlo, volver a golpear y retirarse rápidamente, así hasta que se convence de que no hay peligro o se cansa de este juego. Sabe retirarse en silencio cuando las cosas no son como ella espera.
    Gracias a que la recibimos en un puente vacacional largo, pudimos acariciarla mucho, mucho y así amansarla poco a poco. Ahora no huye cuando nos acercamos, ni se enfada al cogerla en brazos, es más, se diría que le gusta. A veces,  cuando paras las caricias en el cuello, te da un zarpazo y te coge la mano con sus patitas y las dirige al punto donde terminas de acariciarla. Es lo que se llama una gatita  candonga.


    Siempre nos espera a la puerta del jardín y, en cuanto puede, corre escaleras arriba a tumbarse en el sofá o en la cama. Ya le han presentado al señor frigorífico y se llevan estupendamente. La gata se frota y se frota  contra la puerta de su amigo el frigorífico y este, de vez en cuando, le agradece el agasajo  sirviéndole  alguna golosina. 
     Carafinita  es muy tranquila, no se mueve del jardín. Trepa por los arboles pero, de momento, no se va por los tejados, con lo cual estamos tranquilos.  Duerme en una caja de cartón a la que hemos abierto una puerta . Dentro hemos puesto de trapos para que esté mas caliente.

      Han pasado varias semanas y estamos muy contentos con nuestra gata. No nos olvidamos de Gala -siempre tendrá su sitio-, pero a Carafinita la queremos mucho y creo que ella a nosotros también está empezando a querernos.



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