En Toledo nadie se aburre. Es tanto lo que hay que ver y visitar que se necesitarían muchos días para quedar saciado de tanta belleza.
Después tendríamos que dedicar otros tantos días a perdernos por sus callejuelas en paseos a ninguna parte, a recorrer la carretera del Valle, de mirador en mirador, a soñar con tiempos pasados desde cualquier cigarral y a tomar la fresca en la Vega.
Después tendríamos que dedicar otros tantos días a perdernos por sus callejuelas en paseos a ninguna parte, a recorrer la carretera del Valle, de mirador en mirador, a soñar con tiempos pasados desde cualquier cigarral y a tomar la fresca en la Vega.
Hoy visitamos una parte pequeña de lo que en tiempos fue un arrabal de Toledo y en la actualidad es, como el nombre de su puerta indica, una bisagra entre el Toledo viejo y el Toledo nuevo.
Me refiero a la Vega y al Hospital Tavera.
En verano hay que iniciar tempranito la visita a Toledo, para poder disfrutar del aire solano que corre a esas horas, presagiando un calor de justicia a medio día y una noche toledana después del atardecer.
Sería un pecado mortal no sentarse en la terraza de Catalino a disfrutar de su famosos cafés con churros.
Puerta de Bisagra |
Después de este refrigerio podemos pasear por el parque de la Vega, esperando la apertura de las puertas del Hospital Tavera.
Quiosco de Música |
La Casa de Corcho |
Estatua homenaje a la mujer toledana |
Diversas vistas del casco antiguo de la ciudad, desde la Vega.
Poco a poco nos vamos acercándo al Hospital Tavera. que puntualmente nos abre sus puertas.
Poco a poco nos vamos acercándo al Hospital Tavera. que puntualmente nos abre sus puertas.
Despedimos a la Vega y entramos en Tavera para curiosear por sus rincones.
Lo primero que nos encontramos, traspasada la puerta y el zaguán, es un imponente patio renancentista, escenario de películas y series televisivas como Carlos V.
Las siguientes fotos son de Internet.
Fotografía: J Ruiz
Internet
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