Lanzarote es una isla llena de contrastes. El principio y el fin se dan la mano, una calma chicha latente mientras se barrunta algo impresionante que puede suceder de un momento a otro.
Esta isla es la obra de Dios en un fin de semana, junto a obras esplendidas, se apilan montones de materiales de construcción en espera de su uso.
Arrecife es la calma personificada donde todo gira alrededor de su corazón que es el charco.
Fotografía: J Ruiz
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