El caballo siempre ha estado a nuestro lado. A veces para trabajar, guerrear, cortejar, pasear... No es raro que nuestro refranero le dedique tantos y tantos refranes.
A buen caballo no hay que decirle arre.
A caballero nuevo, caballo viejo.
A caballo corredor, poco le dura el honor.
A caballo de alquiler, mucha carga y mal comer.
A caballo flojo, fuerza de mosca.
A caballo grande, grandes espuelas.
A caballo muerto, la cebada al rabo.
A caballo palpado, nunca le montes confiado.
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