Su familia era pudiente y su tía Beatriz de Rivera pudo dispensarle una excelente educación con preceptores como Bartolomé Martínez y Juan de Aguilar, desde muy pequeña se especializa en gramática y en latín, lo que daría lugar a su interés por la escritura y integrar el grupo de escritoras conocido como ‘las latinas’, aunque Quevedo llamó despectivamente "hembrilatinas", entre las que figuraban Francisca Nebrija, Lucía Medrano o Beatriz Galindo.
Contrajo matrimonio en 1591 con el comerciante malagueño Agustín de los Ríos en Santa María, del que enviudó en 1603, sin descendencia. En 1606 volvio a desposarse con el estudiante de ascendencia portuguesa Juan Francisco Correa, con quien tuvo cuatro hijos: María, Manuela, Ana y Francisco. Aparentemente sostuvo una relación platónica con el poeta de la Escuela antequerano-granadina Pedro de Espinosa, que le inspiró su «Canción amorosa» y aparece en sus versos con el nombre de "Crisalda". Despechado tras el segundo matrimonio de la escritora, Pedro De Espinosa se hizo sacerdote y se retiró a la ermita de la Magdalena.
Fernández de Alarcón fue una de las más grandes exponentes de este movimiento literario, caracterizado por la influencia del humanismo, así como el tratamiento de temas religiosos o místicos. No obstante, en ocasiones también trataba temas no-religiosos, a los que imprimía un toque colorista. La obra más destacada de esta autora es un poema que dedica en 1615 a Santa Teresa con motivo de su beatificación. Su muerte en 1646 y el avance de la Contrarreforma supone el fin de esta generación de autores. Lope de Vega la describió en su día como “la sibila de Antequera”.
Falleció el 16 de septiembre de 1646 y está sepultada en la parroquia de San Sebastián de Antequera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario