lunes, 3 de mayo de 2021

Secretos de Madrid, historias y algo más. La Calle del León

     
La calle del León tiene un trazado sencillo, recta y estrecha, nada que resaltar, no obstante, se percibe en ella, una personalidad diferente.
   Nace en la calle del Prado y termina en la de  Atocha, muy cerca de la estación del metro de Antón Martin, es un recorrido corto, en el  que podemos viajar a través de sus edificios, del siglo de Oro Español a la segunda mitad del siglo XX. Todo esto sin máquina del tiempo, ni nada complicado, a pie simplemente. 
  El nombre del León se debe a que según cuenta la leyenda, en esta calle vivó  un indio que tenía un león dentro de una jaula y que, a modo de espectáculo, lo enseñaba a la gente a un precio de dos maravedíes. La presencia de esta curiosa atracción terminó por bautizar la calle.
  En esta corta  e intensa vía moró y murió Miguel de Cervantes, exactamente en el edificio que hace esquina con la calle que lleva su nombre. Aquí también se ubicó uno de los mentideros más importante y visitado de todo Madrid, el Mentidero de los Cómicos. Como no podía ser de otra manera en Madrid, la calle se llamo calle del Mentidero hasta la llegada del león y le quito el honor. Los mentideros, por si alguien no lo sabe, eran puntos de encuentro donde la gente del Siglo de Oro se encontraba para hablar y conversar de cualquier tema.
  Como deciamos, la calle del León tiene mucha personalidad, para quedarse solo con Cervantes, el Mentidero de los Cómicos y el león. Pues si,  en el número 27 nació todo un Premio Nobel de literatura como Jacinto Benavente, también tuvo dos populares tertulias, en el café del Prado y el de Zaragoza, uno en cada extremo de la calle y en la actualidad se encuentra la Real Academia de la Historia. 
   Como no podía ser de otra forma también tiene anecdotas, entre las recogidas por mi os dejo la siguiente:
   "Me cuenta un vecino de toda la vida, que en los años 60 del siglo XX, vivía en régimen de alquiler en el número 30, un hombre natural de Aranjuez con problemas psiquicos. Una tarde salió  corriendo perseguido por familiares y vecinos,  desde su domicilio hasta la puerta de las Cortes, donde ante la sorpresa de los grises de vigilancia, policia armada del momento, se montó encima de una de ellos, de los leones,  al grito de ¡Viva Franco! ¡Arriba España!. Probrecillo, menos mal que acerto con la arenga, de todas forma acabo internado durante una temporada en el psiquiatrico". 
  En la actualidad los comercios de toda la vida se dan los buenos días con las tiendas de vanguardia, tirando por tierra la fama de la zona, fama de locales de noche y descontrol. La calle del León nos dice mucho en tan solo 250 metros. 

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