Situada en el barrio de Universidad, desciende en dirección norte-sur, desde la calle del Conde Duque a la irregular plaza del Conde de Toreno, próxima a la plaza de España. En su estrecho trazado se han conservado edificios tan dispares como el conservatorio profesional, la fábrica de Mahou, luego convertida en Museo ABC, y las fachadas posteriores o laterales de complejos históricos como el convento de las Comendadoras o la antigua Universidad de Madrid.
Los cronistas de la villa coinciden en que la calle Amaniel es el último rastro nominal por el que se conocía la extensa zona boscosa y reserva de caza para la realeza. Este origen, quizá legendario, apunta a un tal Lope de Amaniel, ballestero de Enrique II de Castilla, guarda mayor de la que luego se conocería como Dehesa y Eras de Amaniel, quedando en la actualidad la Dehesa de la Villa.
Al inicio de la calle, en su extremo sur, en el número 2 se encuentra el Conservatorio Profesional de Música en un edificio de dos plantas bastante reformado.
En Amaniel estuvo funcionando hasta la década de 1960 la antigua fábrica de cervezas Mahou, diseñada por Francisco Andrés Octavio siguiendo las pautas de la arquitectura neomudéjar de finales del siglo XIX. El proyecto original construido entre 1892 y 1894, llegaría a ser mejorado y ampliado en siete ocasiones, entre 1899 y 1930, hasta que la industria cervecera se trasladó al paseo Imperial, junto al río Manzanares. El edificio, tras años de abandono fue comprado por la Comunidad de Madrid para instalar en él el Archivo Histórico de la Comunidad, pero finalmente se convirtió en el Museo ABC en 2010.
De la tradición cervecera de esta calle aún permanece activo en su número 25 El Cangrejero, pequeña y castiza cervecería fundada como marisquería en 1932.
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