Ayer se manifestaron víctimas, familiares y ciudadanos por la calles de Madrid para protestar por la sentencia del Tribunal de Estrasburgo. Hasta aquí, todo me parece correcto, legítimo, comprensible y justo. Ahora bien, durante esta semana he escuchado todo tipo argumentos para encontrar culpables, responsables o cabezas de turco por la redacción de esta sentencia. He oído que si Zapatero, que si el juez progresista, que si el gobierno, que si pitos, que si flautas.
Lo que me ha faltado por oír es la voz serena de un presidente de gobierno valiente y sensato que explique con claridad, no solo a las víctimas del terrorismo y a sus familiares, sino al resto del país en qué consistió el pacto suscrito para que la banda terrorista ETA dejara de matar. He echado de menos la actitud generosa que debe presidir el comportamiento de los verdaderos políticos con vocación de servicio al país, de esos servidores públicos a los que, llegado el momento, no les importa perder un puñado de votos o ganarse la enemistad del jefe de su partido. Una persona así, señor presidente, señores de PP, sí es un verdadero patriota.
El presidente del gobierno debería haber explicado a las victimas y a las familias que la sentencia no es una derrota porque la victoria consiste en que no se produzcan más muertos y nada se consigue por que los asesinos estén tres o cuatro años más en la cárcel, eso es irrelevante ante una sola vida humana.
Debería haber pedido a las victimas y a la ciudadanía el sacrificio de mirar hacia adelante y no volver mucho la vista atrás; tendría que haber solicitado la unión y la generosidad -igual que hicieron, en su día, miles de familiares de victimas del fascismo que guardaron su dolor y su odio para continuar su vida, teniendo que encontrarse a cada paso con los causantes de la muerte de sus familiares. Ninguno de ellos cumplió ni un solo día de cárcel
Una vida, una sola vida no tiene precio, está por encima de cualquier otra consideración.
Lo que me ha faltado por oír es la voz serena de un presidente de gobierno valiente y sensato que explique con claridad, no solo a las víctimas del terrorismo y a sus familiares, sino al resto del país en qué consistió el pacto suscrito para que la banda terrorista ETA dejara de matar. He echado de menos la actitud generosa que debe presidir el comportamiento de los verdaderos políticos con vocación de servicio al país, de esos servidores públicos a los que, llegado el momento, no les importa perder un puñado de votos o ganarse la enemistad del jefe de su partido. Una persona así, señor presidente, señores de PP, sí es un verdadero patriota.
El presidente del gobierno debería haber explicado a las victimas y a las familias que la sentencia no es una derrota porque la victoria consiste en que no se produzcan más muertos y nada se consigue por que los asesinos estén tres o cuatro años más en la cárcel, eso es irrelevante ante una sola vida humana.
Debería haber pedido a las victimas y a la ciudadanía el sacrificio de mirar hacia adelante y no volver mucho la vista atrás; tendría que haber solicitado la unión y la generosidad -igual que hicieron, en su día, miles de familiares de victimas del fascismo que guardaron su dolor y su odio para continuar su vida, teniendo que encontrarse a cada paso con los causantes de la muerte de sus familiares. Ninguno de ellos cumplió ni un solo día de cárcel
Una vida, una sola vida no tiene precio, está por encima de cualquier otra consideración.
ESTA LLOVIENDO
ResponderEliminarEsa misma lluvia nos limpiara de suciedad el país.
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