sábado, 6 de febrero de 2016

¡Mariano! ¡Mariano! ¡Mariano!

  Si Mariano Rajoy padece un problema de ubicación y hay momentos en que no sabe dónde está, si sube o baja una escalera, si entra o sale, es algo que se debe hacer mirar por un especialista.
  Lo que no puede hacer este caballero y su corte de voceros del Partido Popular es intentar hacer ver a todo un país lo que no es. 
   Los juegos de magia, los engaños, las verdades a medias, las promesas incumplidas, el jugar con la ignorancia o el fanatismo, el ensuciar con todo con lodo putrefacto, se tiene que acabar. ¡Ya!
  No puede ir por la vida responsabilizando de sus males y de sus pesares a los demás, cuando el único responsable directo es él. Sí él, Mariano Rajoy, él y solamente él. 
  Ya sabemos que el caballerete, en cuestión de responsabilidades directas, no sabe nada de nada, o dice no saber.
  Hagamos memoria, recordemos cuando Mariano Rajoy no estaba disponible para nadie, cuando los casos de corrupción pasaban por delante de su perilla y miraba para otro lado. No podemos olvidar las caras de los estafados por las Cajas y cómo Mariano Rajoy les dio la espalda, él fue el que hurtó una paga a los funcionarios y les bajó el sueldo, el mismo Mariano que ha hecho suya la bandera del contrato basura, el de los recortes etc.. en fin,  qué les voy a decir de Mariano Rajoy que no sepamos.
   En esta vida, somos esclavos de nuestras acciones y palabras, y para Mariano Rajoy,  sus palabras son como una maroma que le rodeara el cuello y apenas le dejase respirar. 
   Le hemos oído, por activa y por pasiva, que debe gobernar el partido más votado. ¡Pues a gobernar!  ¿Qué ha hecho? Estamos esperando ver por el telediario su plan negociador para hacer una coalición, y no verle llorar por las esquinas. El pueblo tiene derecho a saber en qué estaba dispuesto a ceder y en qué no, hasta dónde llegaba su afán de servicio y su amor a la patria. Lo demás son cantos de sirenas, brindis al sol, cuando no, patochadas y pataletas de niño de colegio. 
   Si le han temblado las piernas cuando le han ofrecido por dos veces formar gobierno y se le ha descompuesto el cuerpo, lo mejor es que deje de hacer el papel de mosca cojonera o de perro del hortelano , que ni come ni deja comer.
  Es mejor que Mariano Rajoy se dediquen a limpiar su partido y a ser oposición, que les vendrá bien una cura de humildad y un tiempo para reflexionar sobre sus acciones y omisiones.
   Tan solo quiero decirle como despedida algo parecido a lo que, al parecer dijo la madre de Boabdil a su hijo:
  "No llores Mariano como mujer lo que no has sabido negociar como hombre". 

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