Soledad, tranquilidad, belleza, intimidad con la naturaleza y de repente algo irrumpe en la lejanía. El cuadro de la playa se va llenando lentamente de caballos y jinetes. Imágenes ecuestres que toman el protagonismo junto al agua y la arena.
Carreras, trotes, cabriolas, pero sin darnos cuenta solo quedan sus huellas como testimonio de su presencia.
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