Hace ya cuatro meses que se celebraron las elecciones generales. Todos, menos uno, sabemos que el partido que obtuvo más votos fue el Partido Popular con Mariano Rajoy al frente. También sabemos, incluso ese uno, que Mariano Rajoy declinó el ofrecimiento del Rey para intentar formar gobierno. Durante estos cuatro meses el pueblo ha asistido al espectáculo esperpéntico de como dos partidos políticos no han entendido el mensaje de los electores españoles. "NEGOCIAR Y PACTAR".
Faltan apenas unas pocas semanas para que automáticamente se convoquen otros comicios. La repetición de elecciones es un fracaso para toda la clase política del país, y un desengaño para toda la ciudadanía, al comprobar la inutilidad de sus representante para hacer caso de sus mandatos.
La posibilidad de que los resultados electorales se repitan otra vez es bastante alta, el coste económico de una nueva campaña electoral, muy elevado. La falta de decisión y habilidad para negociar ha quedado patente.
Es la hora de que algunos políticos se ganen el jornal y muevan un dedo, solo un dedo, para intentar llegar a un acuerdo. Ya no queda tiempo para ver los toros desde la barrera, ahora hay que bajar a la arena y demostrar lo gran o pequeño estadista que se es. Gobernar y liderar con mayorías absolutas, hasta yo sería capaz de hacerlo. Demuestre, señor Rajoy, que usted es algo más que cualquiera.
Es su hora, señor Rajoy, en este tiempo nuevo no se puede escudar en los plasmas, en ignorar a la oposición, en el doble juego de apoyar a sus amigos sucios y ser el adalid de la lucha contra la corrupción. Ya no quedan burladeros donde esconderse, ni clavos ardiendo a los que agarrarse.
Ahora, Rajoy, hay que ser mayorcito y maduro, hay que presentarse delante de los que le votaron y de los que no, con los deberes hechos y bien hechos. Todos los españoles tenemos el derecho de comprobar que en los últimos cuatro años nos ha gobernado un hombre hecho y derecho, con decisión, empuje y que se viste por los pies.
Usted, señor Rajoy, ganó las elecciones. En este país el único que, creo yo, no se ha enterado, es usted, señor don Mariano Rajoy. Le quedan dos semanas. Haga lo que tiene que hacer, lo que el pueblo le ha encargado, ese pueblo al que defiende con tanto entusiasmo.
Venga, Mariano. Es su momento, la historia está sentada en la tribuna para ver donde le coloca a usted.
¡Mariano! Un paso al frente,
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