Virgencita, virgencita...

  La vida gira y gira sin parar y en este país, conocido por España, continúan nuestros políticos pensando que nosotros, los ciudadanos, sus paganos, somo idiotas de remate. 

  Discuten, regañan, pierden o aparecen votos fantasmas y, sobre todo, nos asustan con unas terceras elecciones que, al parecer, si se producen, van a ser el fin del mundo. No sé yo muy bien por qué llevamos nueve meses sin gobierno real y continuamos como siempre; desayunamos con algún caso de corrupción; al medio día comemos con imágenes del caloret faller o similar; por la tarde merendamos con Sálvame, y nos despedimos, antes de irnos a la cama, con imágenes del hombre plasma aconsejando a diestro y siniestro sobre cómo debe ser el comportamiento de los demás, no el suyo,  claro.

 Mientras tanto, nuestros hijos siguen en la emigración. ¿Qué diría la Labordeta?, los  sueldos continúan recortándose,  los derechos perdiéndose...  Lo  que decía, como si tuviéramos un gobierno real. 

  Viéndolo así,  creo que lo mejor es que vayamos a las peligrosas terceras elecciones y fragmentar el voto para que estos iluminati no lleguen a ningún acuerdo. Pasados unos meses, o incluso unos años, las quintas, las sextas y así hasta el infinito, hasta el fin de los tiempos, ad aeternum. 

     Anda que si forma gobierno el hombre plasma lo mismo nos fastidia, nos sube los impuestos -que prometió bajar-, nos multan en la UE, -que nos están esperando-, o, en vez de un caso de corrupción diario, salen dos.

     Yo, sinceramente, prefiero que se bloquee todo y que continuemos tal y como estamos. Ya lo dice el chiste "Virgencita, virgencita, que me quede como estoy".