¡Gracias chicos!

    Durante dos  semanas han ido pasando por delante de nuestros ojos un montón de pruebas deportivas de los juegos olímpicos de Río de Janeiro.  

    Nos hemos hartado de ver ganadores y perdedores, de oír himnos y de ver subir banderas al tiempo que las lágrimas de los medallistas se derramaban  de sus ojos y corrían por sus mejillas.

  Por fin hoy terminan estos juegos que tenían que haberse celebrado  a ritmo de chotís y no de samba, pero ese es otro tema. Creo que es el momento justo de analizar lo que han significado estos juegos para nosotros, los españoles.

     Nuestros deportistas han competido en buena lid, con resultados diversos. Unos han conseguido medallas, otros diplomas, los hay que vuelven  a casa con la pena de no hacer realidad sus sueños, pero con la satisfacción de haber dado todo por un país y sus habitantes.
     Por todo esto, yo como español y representado por estas mujeres y hombres, quiero darles las gracias por el trabajo realizado, por tantos sacrificios, por ser el mejor ejemplo para las nuevas generaciones.
     No todos los días nuestros hijos reciben una lección práctica de valores tan excelsos. En contraposición a otros representantes, nos habéis enseñado que no todo vale, que no hay atajos, que el trabajo bien hecho y el sacrificio son primordiales en la vida de los hombres. 

                Por todo esto, ¡Gracias y mil gracias!