Ayer hemos asistido al enésimo espectáculo de transformismo político del Presidente en funciones, don Mariano Rajoy. Este señor, en funciones, que carece de ideas, pensamientos y frases propias, tiene que hacer como los malos estudiantes: copiar desdibujando el examen del compañero para no ser pillado.
Apoyado en la frase del astronauta Neil Armstrong. "Un pequeño paso para el hombre , un gran salto para la humanidad", se nos descalza el hombre en funciones con "Hoy hemos dado un primer paso de un largo camino" en un intento de parecer ingenioso, gracioso y hasta inteligente.
Este ser en funciones no tiene límites. Ayer le dicen que "No", hoy "Abstención" y él, como "el tonto y la linde", sale más contento que unas castañuelas, con la frasecita de marras en su penúltimo intento de embaucar al incauto para, segundos después, transformarse en el escolar travieso e irresponsable que niega todo y echa culpa a otro de los compañeros o, incluso, a los profesores.
Mañana no sabemos por donde nos saldrá este mamífero en funciones, si de lagarterano o de ruso castellano, El señor Rajoy es impredecible y una gran pérdida para la escena española, a la altura de los papeles del gran cómico Antonio Ozores, salvando la distancias y sin querer ofender a nadie.
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