Situada en el comienzo del Paseo del Prado, formando parte de una especie de plazoleta frente a la calle de Montalbán. Fuente que a pesar de encontrarse junto a la fuente de Cibeles y al Palacio de Comunicaciones, no deja de ser un tanto desconocida.
La plazoleta es de forma elíptica, delimitada por cuatro pedestales con jarrones y dos grandes bancos curvos.
El pilón, de cuatro lóbulos, es de granito. En el centro se encuentra un bonito grupo escultórico de mármol situado sobre un pedestal de piedra en forma de cruz.
Está formado por cuatro patos unidos por las alas, con un caño en cada uno de sus picos. En el centro hay una cesta con ocho caracolas y en la parte superior otra figura que podría ser una alcachofa, de las que también mana el agua. En el eje norte-sur, en línea con las esculturas, hay otros dos surtidores verticales.
La fuente fue instalada a finales de los años 50 del siglo XX, cuando el arquitecto municipal Manuel Herrero Palacios reorganizó este espacio durante la reforma llevada a cabo en el Paseo del Prado y sus jardines. Por la misma época se colocaron los cuatro jarrones sobre los antiguos pedestales.
La procedencia de la escultura es confusa aunque parece que procede del Parque del Retiro. Al parece el conjunto escultórico, estuvo situado en un estanque en la plaza de Guatemala de dicho parque. Donde actualmente se encuentra el monumento al General Martínez Campos, obra de Mariano Benlliure. Dicho estanque recibía el nombre de Estanque de los Cisnes.
En lo único que parece estar todo el mundo de acuerdo es en que esta obra escultórica es muy antigua, podría ser de mediados del siglo XVIII.
La plazoleta tan invisible a los ojos de los madrileños invita a pasar un buen rato escuchando el chapoteo del agua con los patos.
La plazoleta tan invisible a los ojos de los madrileños invita a pasar un buen rato escuchando el chapoteo del agua con los patos.
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