Durante casi dos meses estoy soportando día tras día tus palabras y tus silencios, tu imagen, tus retrasos, tus síes y tus noes, tus sueños alejados de la realidad, tus actuaciones trileras, tus argucias infantiles, tus aires de superioridad de seminarista venido a menos, tus incoherencias, tu mirada de jesuita falso... en fin, a ti mismo, a tu misma esencia.
Estoy harto. Harto de ver cómo vulneras las leyes -todas las leyes- hasta las que tú ilegalmente has aprobado con nocturnidad y alevosía. Harto de presenciar cómo la linde se acaba y tú sigues. Harto de ver los mundos de Puigemont, harto de tus manejos, de tus manipulaciones, de ver cómo esperas que salte un descerebrado y encienda la mecha.
Soy testigo mudo de cómo haces daño gratuitamente a tu pueblo y a tu nación. Sí, sí, a España, tu nación. Gracias a ella tienes pasaporte y puedes residir en Bélgica como ciudadano europeo. No lo olvides jamas: eres europeo porque eres español. De no ser así, serias catalán a secas.
Tu intención de dañar España, sus instituciones, su justicia, su democracia, están dirigidos al pueblo , del cual formo parte. Es obvio que me haces daño a mí también. Por lo tanto esto no es un contencioso entre España y Cataluña, esto es algo entre tú y yo. Es algo personal, un agravio de Carles a Javier.
Ya la semana pasada te mandé a la mierda desde este blog, y hoy, he decidido no mantenerme callado más tiempo ante tus palabras o ante tus actos irresponsables.
Así que, desde mi humilde blog, entre mis amigos y conocidos no pararé de apoyar todo aquello que represente la legalidad vigente y el bienestar de mi familia, mis amigos, vecinos y, en definitiva, de todos los ciudadanos que desean vivir tranquilos y en paz.
Tu intención de dañar España, sus instituciones, su justicia, su democracia, están dirigidos al pueblo , del cual formo parte. Es obvio que me haces daño a mí también. Por lo tanto esto no es un contencioso entre España y Cataluña, esto es algo entre tú y yo. Es algo personal, un agravio de Carles a Javier.
Ya la semana pasada te mandé a la mierda desde este blog, y hoy, he decidido no mantenerme callado más tiempo ante tus palabras o ante tus actos irresponsables.
Así que, desde mi humilde blog, entre mis amigos y conocidos no pararé de apoyar todo aquello que represente la legalidad vigente y el bienestar de mi familia, mis amigos, vecinos y, en definitiva, de todos los ciudadanos que desean vivir tranquilos y en paz.
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