La semana ha discurrido como cualquier otra, paseos por la Quinta de los Molinos, unos días de derecha a izquierda y otros de izquierda a derecha.
Esta semana la he dedicado a trabajar con la mente. Soy consciente que a lo largo del Camino 2018 llegarán momentos de sufrimiento, momentos en que los dolores o el cansancio se harán presentes y habrá que estar preparados para caminar con ellos.
No hay ninguna técnica en especial, ya os lo he contado muchas veces. Comienzo a pensar en situaciones o problemas, hasta que la mente se libera del cuerpo y ya trabajan por separado.
Aunque suene a chiste, a mí me vale. Cuando el dolor ha sido muy intenso he conseguido terminar etapas de más de 35 km con ampollas en los pies, costillas doloridas, esguinces, escoceduras, etc.
Luego, una vez ya en el destino, se intenta curar o aplicar el parche que te permita estar en la línea de salida del día siguiente.
La evaluación dominical ha discurrido desde Ventas al Parque Juan Carlos I, una vuelta completa, incluida alguna subida exigente a alguna de las colinas artificiales que hay en el recorrido. Cuando digo subida exigente, quiero decir que la subo campo a través, por la arista del mogote o imprimiendo un ritmo muy rápido. Y vuelta a Ventas. En total 17 o 18 km en tres horas. Os diré que ha sido el primer día de este año que el hielo ha hecho acto de presencia.
La prueba la he superado, no sin dolores en las piernas, rodillas, pies, caderas y alguna que otra ampolla. Tendré que perseverar.
Sobre el Camino y los caminantes no hay ninguna novedad. No hay Camino decidido, no hay sugerencias, no hay nuevos caminantes, todo igual. ¡Calma chicha!
Esta semana la he dedicado a trabajar con la mente. Soy consciente que a lo largo del Camino 2018 llegarán momentos de sufrimiento, momentos en que los dolores o el cansancio se harán presentes y habrá que estar preparados para caminar con ellos.
No hay ninguna técnica en especial, ya os lo he contado muchas veces. Comienzo a pensar en situaciones o problemas, hasta que la mente se libera del cuerpo y ya trabajan por separado.
Aunque suene a chiste, a mí me vale. Cuando el dolor ha sido muy intenso he conseguido terminar etapas de más de 35 km con ampollas en los pies, costillas doloridas, esguinces, escoceduras, etc.
Luego, una vez ya en el destino, se intenta curar o aplicar el parche que te permita estar en la línea de salida del día siguiente.
La evaluación dominical ha discurrido desde Ventas al Parque Juan Carlos I, una vuelta completa, incluida alguna subida exigente a alguna de las colinas artificiales que hay en el recorrido. Cuando digo subida exigente, quiero decir que la subo campo a través, por la arista del mogote o imprimiendo un ritmo muy rápido. Y vuelta a Ventas. En total 17 o 18 km en tres horas. Os diré que ha sido el primer día de este año que el hielo ha hecho acto de presencia.
La prueba la he superado, no sin dolores en las piernas, rodillas, pies, caderas y alguna que otra ampolla. Tendré que perseverar.
Sobre el Camino y los caminantes no hay ninguna novedad. No hay Camino decidido, no hay sugerencias, no hay nuevos caminantes, todo igual. ¡Calma chicha!
¡Buena semana! ¡Buen Camino!
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