Por si fueran poco, las calles, rincones, plazas, tapiales, tejados, paños de muralla, torres, almenas y arcos, también tiene Albarracín una catedral que por si sola merece una visita. No solo al edificio, también a toda la riqueza cultural que guarda.
Si me acompañáis hacemos una visita privada, abro la puerta y con tranquilidad visitamos el templo, sus pinturas, retablos de madera pintados y sin pintar, cuadros, altares etc... Al final cierro la puerta y quien se quede dentro no sale hasta mañana.
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