sábado, 20 de julio de 2019

Pensamientos de Mariano José de Larra. I Entrega

Mariano José de Larra, escritor, periodista, crítico literario y político, está en el altar más venerado del Romanticismo literario español junto a José de Espronceda, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. Y solo tenía 27 años cuando se suicidó el 13 de febrero de 1837. En su memoria algunas de sus frases que, leyéndolas con los ojos de hoy, no han perdido ninguna vigencia.

¡En la sociedad siempre triunfa la hipocresía!

Resultado de imagen de imagen de larraBienaventurados los que no hablan; porque ellos se entienden.

Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta.

Bienaventurado todo aquel a quien la mujer dice “no quiero”, porque ese, a lo menos, oye la verdad.

El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer.

Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.

En punto a amores tengo otra superstición: imagino que la mayor desgracia que a un hombre le puede suceder es que una mujer le diga que le quiere.


Resultado de imagen de imagen de larraEl público siente en masa y reunido de una manera muy distinta que cada uno de sus individuos en particular.

El sentimiento es un flor delicada, manosearla es marchitarla.

El talento no ha de servir para saberlo y decirlo todo, sino para saber lo que se ha de decir de lo que se sabe.

En este triste país, si a un zapatero se le antoja hacer una botella y le sale mal, después ya no le dejan hacer zapatos.


En el matrimonio es preciso contar con cualidades que resistan, que duren, y las grandes pasiones pasan pronto; al paso que una condición apacible en todos tiempos es buena.

En atención a que no tengo gran memoria, circunstancia que no deja de contribuir a esta especie de felicidad que dentro de mí mismo me he formado…
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Es gloria el rendimiento y no flaqueza y es dichoso el que puede obedeciendo obedecer al menos a una hermosa.


¿En dónde ve el pueblo español su principal peligro, el más inminente? En el poder dejado por una tolerancia mal entendida.

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