jueves, 3 de octubre de 2019

Leyendas y Lugares. S.Vicente - Morella


  En calle de la Virgen, en Morella, nos encontramos con  una casa, conocida por el nombre de Rovira, en la que se pueden ver unos azulejos que hacen referencia a un milagro que realizó San Vicente en esta casa. 
   Cuenta la leyenda que en el año de 1414  San Vicente se reunió en Morella con Benedicto XIII (Papa Luna) y Fernando I para hablar del final del Cisma de Occidente.  La reunión terminó sin éxito por la negativa del papa Benedicto a abdicar.
   San Vicente se alojo en la mencionada casa Rovira.  La dueña, preocupada por no tener nada que ofrecer al Santo para comer preguntó a su marido sobre lo que podía preparar de comida. 
    El marido de mala gana le contestó que lo mejor que encontrara.      
   Enloquecida, pensó que lo mejor y más preciado era su amado y único hijo. La mujer en un  ataque de locura, mató a su propio hijo de seis meses y lo guisó, como si fuera un cordero, para ofrecérselo a San Vicente. Es más, para probar si el asado estaba en su punto, la madre arrancó un dedo de su hijo.
   Cuando se disponían a comer,  el santo se dió cuenta de lo sucedido  y, cogiendo los trozos del niño, en medio de sus plegarias, los juntó de nuevo y le resucitó, devolviéndolo sano a sus padres, aunque eso si, sin el dedo que la madre le había arrancado. 
      Ahora esa placa recuerda el hecho, al igual que un cuadro expuesto en el Museo de Bellas Artes de Valencia del pintor Gaspar de la Huerta que se refiere a este milagro.

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