Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir.
Donde hay poca justicia es un peligro tener razón.
Y desnuda, rotísima doncella, tan linda estás, estás tan rica y bella, que matas más de celos y de amores que vestida a colores: y eres así a la espada parecida: que matas más desnuda que vestida.
El ciego lleva a cuestas al tullido… ande el pie con el ojo remendado.
La posesión de la salud es como la de la hacienda, que se goza gastándola, y si no se gasta no se goza.
Vive sólo para ti si pudieres, pues sólo para ti si mueres, mueres.
Los verdaderos grandes son los de ánimo grande.
Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho.
Bien sé a cuántos contradigo, y reconozco los que se han de armar contra mí; mas no fuera yo español si no buscara peligros, despreciándolos antes para vencerlos después.
Todos anhelamos llegar a viejos y todos hemos negado que ya hemos llegado.
El exceso es el veneno de la razón.
No es menos ofensiva arma la caricia en las mujeres, que la espada en los hombres.
Cuando el avaro dice: tengo un tesoro, el preso dice: tenga una cárcel.
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