miércoles, 26 de febrero de 2020

Leyendas y lugares. La maldición de Laurinaga - Fuerteventura

Resultado de imagen de La maldición de Laurinaga imagenLa Corona de Castilla nombró, en el siglo XV, a don Pedro Fernández de Saavedra como señor de Fuerteventura. Con el paso de los años se había ganado la fama de conquistador, tanto de batallas como de mujeres. Al poco tiempo de llegar a la isla conoció a Constanza, con la que se casó y llegó a tener catorce hijos, sin contar los ilegítimos que se contaba por decenas entre las jóvenes majas.



LA MALDICIÓN DE LAURINAGAUno de los hijos que don Pedro tuvo con doña Constanza era Luis Fernández de Herrera. El joven heredó todos los defectos de su padre, pero ninguna de sus virtudes. Soberbio y engreído, pero un cobarde para la guerra, a diferencia de su padre que era considerado por muchos un gran militar. Pero al igual que éste, le resultaba fácil y entretenido seducir a las jóvenes indígenas.

Un día, don Luis conoció a una doncella aborigen que se llamaba Fernanda. La joven que no estaba interesada en el joven señor acabó aceptando una invitación tras la insistensia de éste durante meses para acudir a una cacería organizada por su padre.

Resultado de imagen de imagenes la maldicion de laurinagaDurante la partida, don Luis consiguió alejarse del grupo de caza para pasar toda la mañana con Fernanda. Tras una animada conversación, intentó abrazar a Fernanda, quien trato de defenderse, pero al no conseguir liberarse, pidió auxilio. Los gritos resonaron por todo el bosque y fueron oídos por los cazadores, quienes, liderados por don Pedro acudieron al lugar de los hechos.
Un labrador indígena llegó antes que los cazadores en busca de defender a Fernanda de don Luis, quien al ver salir al joven indígena trató de matarlo con su arma. Tras unos segundos de lucha, el campesino se la arrebató. En ese momento, don Pedro llegó y, al ver el escenario embistió al campesino que murió instantáneamente.
Resultado de imagen de imagenes la maldicion de laurinaga
Unos minutos después, de entre los árboles, apareció la madre del labrador, una anciana llamada Laurinaga que buscaba a su hijo fallecido. Cuando se dio cuenta de lo que acababa de suceder, reconoció a don Pedro, quien años atrás la había seducido y había tenido un hijo en común. Llena de odio le reveló la verdad. Acto seguido, gritó maldiciendo a Fuerteventura por ser el dominio de don Pedro, quien era el causante de todas sus desgracias.

Leyendas Canarias - FuerteventuraTras ese momento, cuenta la leyenda que en Fuerteventura empezaron a soplar los vientos del desierto del Sáhara. La flora desapareció hasta convertir a la isla en la que hoy en día conocemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario