sábado, 15 de agosto de 2020

Alcázar de Toledo. Patio de Carlos I

  Nos encontramos frente a la portada principal del Alcázar, antes de entrar vamos a girar 360 grados para contemplar lo que nos rodea.














   Después de ver el Tajo, Zocodover, la Academia, el Castillo de San Servando etc... Nos disponedos a entrar en el Alcazar, para ello debemos traspasar la portada principal. 
    La portada está completamente centrada. Se concibe a modo de arco del triunfo, con un vano de medio punto con dovelas almohadilladas que llegan hasta el suelo, enmarcado por dos columnas clásicas, y decoración de espejos en las enjutas. Sobre la misma hay un dintel, que acoge un gigantesco escudo imperial, flanqueado por dos maceros.



Tras atravesar la portada principal, nos encontramos con el patio de Carlos I. Este se comenzó a construir en 1550. Se estructura en torno a dos pisos, con arquerías de medio punto y columnas con capiteles corintios, pareadas en los ángulos. En las enjutas puede verse el escudo imperial. Las galerías de las cuatro pandas se cubren con bóvedas de arista en los dos pisos. En el centro puede verse una estatua de Carlos I, copia de la obra de Pompeo Leoni que se encuentra en el Museo del Prado.














  Uno de los elementos arquitectónicos más impresionantes del palacio se encuentra en la escalera monumental, situada al otro lado del patio, justo enfrente del zaguán de entrada. Se comenzó a construir hasta 1552. El proyecto original se transformó en 1574 por  unas nuevas directrices dadas por Juan de Herrera, que finalizó la estructura en 1579. Este arquitecto abovedó la caja, y construyó los siete arcos del piso inferior. Por los mismos años realizó también la capilla real, situada en el costado meridional, detrás de la escalera.









  Se trata de una escalera inserta en una caja que ocupa toda la panda sur del patio, que se divide en cinco tramos de proporciones desiguales. De esta forma se genera un espacio tripartito. Mientras que el primer tramo es común, en los dos últimos debe elegirse recorrer uno de los dos lados, creando una sensación de incertidumbre netamente barroca. Esta estructura favorece una subida muy cómoda y un ascenso delicado. Junto con la de El Escorial, un edificio que se terminó en la misma época que el Alcázar y bajo la dirección del mismo arquitecto, esta escalera introduce la tipología barroca de doble tiro. El modelo supuso una novedad en la arquitectura española, y se repitió en muchas otras construcciones, llegando incluso a exportarse fuera de nuestras fronteras.



Tras subir la escalera monumental , nos encontramos en el claustro alto  desde podemos deleitarnos con el patio a vista de pájaro







Fotografía: J Ruiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario