domingo, 16 de agosto de 2020

De ronda por la viña.

  Apenas amanecido, con el fresco de la mañana en el rostro, me dispongo a repetir el camino que año tras año recorro por estas fechas. 
  El de este año es especial, la ultima vez siempre lo es. El año que viene es posible que vuelva, pero ya no será igual.

  Cruzo el barbecho en busca de la higuera de Juaneque para probar las brevas que recién cogidas saben a miel.












  Con el dulce en la boca, entro en la viña, Orgaz al fondo, las campañas llaman desesperadas a misa.
   Yo a lo mio, las uvas empiezan a dorarse, pruebo una y el refrán se hace realidad. "En Santiago pintan las uvas, para la Virgen, ya están maduras"  
  






  Repaso las jaenes, albillo, tinta aragonesa y la olivilla. Esa aprendiz de oliva que perdió el alma y una hermana.





  Continuo el paseo en busca de las tintas, la joya de la corona, las preferidas de mi padre. El color de sus hojas las delatan.









Una mirada al entorno, otra al cielo y me retiro entre el berceo con mis recueros,

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