miércoles, 18 de noviembre de 2020

Leyendas y lugares. El Monte Perdido. Comarca del Sobrarbe

    
Cuenta la Leyenda que el lugar donde hoy se alza el Monte Perdido, era una amplia extensión de verdes prados. Una zona con abundante hierba, agua y flores donde pastaban las ovejas de los pueblos cercanos del Sobrarbe.
  Uno de los pastores era de carácter arisco y solitario. Apenas se juntaba con la gente y pasaba las horas tallando con su navaja curiosas figuras de madera. Una tarde, mientras descansaba junto al río, se acercó un hombre. Iba descalzo, sucio y pobremente vestido. Tenía una figura encorvada y el rostro demacrado por el hambre. Se dirigió al pastor y le dijo:

«Llevo mucho tiempo sin probar bocado. Deme algo de comer, Dios se lo pagará».
 
El pastor le observó, miro para otro lado y continuó tallando una rama de boj. El mendigo insistió de nuevo, pero el pastor se mantuvo en su egoísmo. El extraño hombre desapareció e instantes después, una intensa niebla empezó a cubrir el valle. El pastor nunca había visto nada igual y asustado empezó a buscar a su rebaño, que se hallaba disperso por los prados.

  Comenzó entonces una fuerte tormenta de viento y nieve. En pocos minutos todo quedó congelado y el pastor y su ganado desaparecieron para siempre. Nunca más se supo de ellos.
 En este lugar, apareció una impresionante y peligrosa montaña: Monte Perdido. Los verdes prados se convirtieron en roca, nieve y hielo. De gran belleza pero imposibles para atender las necesidades del ganado.
 
Dicen los pastores que ese mendigo era San Antonio y que lo ocurrido fue un castigo divino al egoísmo y a la falta de solidaridad del pastor. Cuando le negó la ayuda, San Antonio le dijo al pastor:

«Te perderás por avaricioso, y allí donde te pierdas, saldrá un gran monte, inmenso, tan grande como tu falta de caridad».

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