sábado, 2 de enero de 2021

La nueva falsedad. II Entrega

   
Algo evidente y que no debemos olvidar jamás es que, cada pueblo tiene los politicos que se merece, y nosotros, los españoles, no somos una excepción. 
   ¿Nos asombra lo  que contemplamos en el senado, en el congreso, en las sedes autonomicas o en los ayuntamientos? Este ambiente de  actuaciónes taimadas, a la contra, destructivas, indolentes, asociales, embaucadoras, partidistas, ventajistas, a morales, tramposas. ¿Nos asombra? ¿De verdad, nos asombra? 
   No son distintas de las que se  viven y respiran en las calles,  parques, escuelas, institutos, empresas, mercados, grandes almacenes, en nuestra sociedad en general. Una sociedad anclada en la doble moral, la doble vara de medir, el doble sentido, la doble cara, en el doblez.
  Si ahora, con el caos sanitario, económico que vivimos, no somos capaces de salir de esta con una sociedad dada la vuelta, como la que se da a un calcetín, no podremos quejarnos jamas.
  Si no ponemos de nuestra parte nada por olvidarnos de ideologias y volver al sentido  y el bien común, no mereceremos nada. 
 
Seguiremos siendo un pueblo plañidero, mendicante e inoperante, una sociedad de bares, bares y baretos, de oportunistas, mangantes de corto, medio y pelo largo, de  analfabetos funcionales, carentes de pensamientos propios, discernimiento y comprensión.
  De nosotros depende, no necesitamos pastores desnortados y con intereses que no son los nuestros como pueblo, son sus intereses y nosotros los tontos necesarios para lograrlos.                        

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