lunes, 4 de enero de 2021

Secretos de Madrid. Historias y algo mas. El quinto pino

 
 
La expresión “el quinto pino” que  utilizamos para señalar que algo está muy lejos, se originó en Madrid. 
  Según nos cuentan, en el siglo XVIII, durante el reinado de Felipe V, se plantaron en lo que hoy es el paseo de la Castellana cinco frondosos pinos. El primero de ellos estaba en lo que hoy sería el comienzo del Paseo del Prado, cerca de Atocha. Los demás, situados a una notable distancia unos de otros, seguían por todo el eje hasta llegar al punto donde hoy se encuentras los Nuevos Ministerios, punto donde se alzaba imponente el quinto y último pino.
  La gente los utilizaba en aquella época para concretar sus encuentros, de la misma forma que ahora quedamos en Tribunal o en el Oso y el Madroño. Lo habitual era quedar en los dos o tres primeros puestos que el quinto, el más alejado, quedaba casi a las afueras de la ciudad.      En él solían quedar los enamorados para poder darse los besos y caricias que tan mal visto estaba darse en público por aquel entonces.
  Fueron por tanto parejas de novios los que, en busca de algo de intimidad, se daban cita en ese punto, alejados de las miradas curiosas.    
   Una costumbre que motivó la expresión tan utilizada varios siglos después, la de ubicar algo que está muy lejos en “el quinto pino”.

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