lunes, 18 de enero de 2021

Secretos de Madrid. Historias y algo mas. La Casa de Calderón de la Barca

   
De paseo por la calle Mayor, en pleno centro de Madrid, el número 61 esconde un edificio que suele pasar desapercibido por la mayoría de los transeúntes. 
  La casa fue construida por el arquitecto Manuel del Olmo a mediados del siglo XVII. 
  Se la considera como la “casa estrecha“, por ser la vivienda muy pequeña (de apenas 4,36 metros de ancho) y contar con dos habitaciones a lo sumo, así como un balcón que dá a la actual Calle Mayor, frente a la hoy desaparecida Iglesia de San Salvador. 
Este inmueble antiguo se ha conservado gracias a que entre sus paredes vivió y murió, el 25 de mayo de 1681 una leyenda de la literatura española de nombre don Pedro Calderón de la Barca.
  La abuela materna de Calderón, Inés de Riaño, fundó en el año 1.612 una capellanía en la capilla de San José de la desaparecida iglesia de San Salvador. A su muerte, hizo constar en el testamento que Calderón se hiciera cargo de la capellanía que ella fundó.
  Además de la capellanía y sus beneficios, estaba incluido el derecho a disfrutar de la vivienda de la calle de las Platerías (que pertenecía a dicha capellanía), por lo que si bien al principio Calderón no estaba interesado en la vida religiosa, al final accedió. 
 El motivo es que, después de una agitada vida (en la que, entre otras cosas, mueren sus padres y sus hermanos varones), quería tener una existencia más tranquila y dedicarse a escribir. Así que se trasladó a Madrid y aceptó la capellanía (junto con la vivienda).   
  En el año 1.859 el inmueble cambió de dueños, al  encontrarse en estado de ruina, los nuevos dueños pidieron permiso al Ayuntamiento para demoler el edificio y construir uno nuevo (permiso que el Ayuntamiento les terminaría concediendo).
  Fue en este momento cuando Mesonero Romanos, cronista de la ciudad de Madrid, hizo un llamamiento al pueblo de Madrid y diversas autoridades para evitar que derribaran el histórico edificio y señalaran quién vivió allí.
  Al final consiguió su objetivo. El edificio no se derribó y colocaron una placa indicando que allí vivió y murió Calderón de la Barca.
 
Como contrapartida, el propietario obtuvo permiso para edificar dos nuevas plantas, con el mismo diseño que tenían las existentes.
   La casa fue construida por el arquitecto Manuel del Olmo a mediados del siglo XVII. 
  Se la conocía como la “casa estrecha“, por ser la vivienda muy pequeña (de apenas 4,36 metros de ancho) y contar con dos habitaciones a lo sumo, así como un balcón que daba a la actual Calle Mayor, frente a la hoy desaparecida Iglesia de San Salvador.

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