
En principio mi desafío consistía en recorrer los 36 kilómetros que separan la villa de Orgaz de la ciudad de Toledo. Debido al calor imperante y a mi estado físico, decidí recortar la etapa e iniciarla en Ajofrín, 24 kilómetros. Dicho y hecho.
La jornada comenzó a las 6:30 de la mañana, hora mágica. Bajo la torre de la iglesia de Ajofrín emprendí esta última etapa.

Antes de llegar a ella descubro una querida flecha amarilla, cuánta ayuda y seguridad que dan al peregrino. No se sabe hasta que faltan y te encuentras perdido en medio de ninguna parte.
Las flechas me encaminan al cordel de las merinas. El camino es ancho y está bien cuidado.
La mañana es fresquita e incita a caminar. Pongo un ritmo alto para intentar llegar a Toledo lo antes posible, paso varias casas de campo, la ermita de los cuatro caminos y todo acompañado de mis flechas amarillas.

Al llegar compruebo que es la localidad de Layos, me equivoqué y tengo que intentar llegar a Covisa para retomar el camino a Toledo.
Como es normal, el nerviosismo se impone y acelero el ritmo, los pies empiezan a resentirse y lo que parecía un paseo placido se convierte en una prueba de resistencia.

Las flechas sin aparecer, cruzo por un puente la vía de circunvalación a Toledo y me reencuentro con una flecha amarilla. Me daban ganas de besarla.
Entro en un camino descendente donde van apareciendo cigarrales, todo me huele a Toledo, hasta que por fin veo recortada en el horizonte la imagen de la catedral.

Reanudo la marcha hasta llegar a la ruta que da la vuelta a Toledo, decido entrar por el puente Alcantara, voy disfrutando de la vista de Toledo, mientras que los pies casi no los siento, ya es igual.
Entro a Toledo por un arco. Unas interminables escaleras y la mascarilla, acaban por consumir mis ya mermadas fuerzas. Llevado por la inercia llego a Zocodover y de aquí a la catedral.
Después de topar varias veces con el personal del templo , consigo que el sello de la catedral primada de España luzca señero en mi credencial de peregrino a Santiago. Siento que mi empeño ha culminado, ha llegado a su fin.
Poco después me encuentro sin saber cómo en el arco de la Sangre en plena plaza de Zocodover. Allí me recogen para iniciar la vuelta a Orgaz.
Fin de etapa y de mi octavo camino. ¡Hasta el próximo!¡Buen camino!
Fotografía: J Ruiz
Enhorabuena y a por otro, en cuantos caminos está el guiness ??
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias. Ya esta en marcha el próximo. Va ir dirigido para Ruiz´s principiantes. Un abrazo
Eliminar