Cuenta la leyenda que al pie del risco, cerca de las llamadas Covetes dels Moros, donde hay una gruta con un pequeño nacimiento de agua que recibe el nombre de Pouet de Sant Vicent.
Allá por el 1412 San Vicente Ferrer se dirigía a Bocairent con la intención de predicar por aquellas tierras a lomos de su burro, tal y como ocurrió en los cientos de lugares en los que acabó predicando y como lo recuerdan en innumerables sitios. En su llegada a la población, cerca del Barranc de la Fos, el santo tuvo que soportar una gran tormenta con aguas torrenciales, por lo que tuvo que buscar cobijo en ese momento, topándose con una pequeña cuevecita.
El santo durante la tormenta, sorprendido, observaba como una gran cantidad de agua salía de un socavón de aquel lugar, hecho que fue bendecido por él mismo como se recuerda en un azulejo y que la gente del lugar recuerda por las palabras que pronunció desde una ventana ya en la población, tal y como se recuerda en su conmemoración en una hornacina que hay también en la calle Alcalde de la población:
“Dichós el que tinga una mol.laeta en Bocairent que no morirá de mal temps”.
Cuentan que estas aguas tienen propiedades milagrosas, en especial para curar males oculares.
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