Fue diseñado por el arquitecto francés Dominique Perrault. Su construcción comenzó a fines de 2010 y fue inaugurado en marzo de 2011. Perrault ha participado en numerosos proyectos de transformación urbana en Europa y en Asia. En Madrid ya había dejado una muestra de su estilo diseñando la Caja Mágica, también al borde del Manzanares.
Debido a la posición geográfica de la pasarela, ésta actúa como mirador desde la que se puede ver, aguas arriba, el conocido Puente de Toledo, construido entre 1718 y 1732 por el arquitecto Pedro de Ribera. Aguas abajo se encuentra el Puente de Praga.
Los tramos del puente tienen sección circular con forma cónica longitudinal y no tienen un eje común porque están desfasados entre sí. El arquitecto jugó con la topografía del terreno, de forma que el usuario puede escoger, cuando llega al final de cada uno de los tramos, atravesar la plataforma de encuentro para seguir hacia el otro cono o utilizar el nuevo acceso al parque.
La pasarela está diseñada para uso peatonal y ciclista. Sobre la estructura principal se apoya el tablero en el que están situadas las vías peatonal y ciclista, entre ambas y ayudada por un pequeño desnivel provocado, se generan unas pequeñas gradas/escaleras en las que se sitúan una serie de bancos.
Durante el día, todo el puente brilla por efecto del sol y destaca entre el verde que predomina en el parque. Por la noche, se ilumina mediante focos. El suelo del puente es de madera, con rendijas para evitar zonas oscuras en la parte inferior. A lo largo del recorrido se forman varios miradores.
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