En el nordeste de la Comunidad de Madrid, en el valle del Jarama y haciendo frontera con la provincia de Guadalajara nos encontramos un lugar idílico, en el que parece haberse detenido el tiempo y que se caracteriza por la arquitectura negra.
La pizarra es la protagonista de este pueblo, un material utilizado en las construcciones desde su creación en el siglo XVI. Un pueblo único de tradición ganadera, donde todavía se pueden observar sus cochiqueras, así como sus eras.
Podemos visitar la Iglesia de San José o el Acueducto del Canal de Isabel II.
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