La Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano se fundó en 1948, se creó con el legado procedente de José Lázaro. La conocida como Biblioteca Lázaro, contaba con una selecta colección de obras propias de una biblioteca de bibliófilo y también con una biblioteca de trabajo en la que se hallaban libros y revistas que habían sido instrumentos útiles para formar las colecciones artísticas y bibliográficas que reunió José Lázaro junto a obras relacionadas con su labor de editor.
Aquella Biblioteca Lázaro se había iniciado en las últimas décadas del siglo XIX y alcanzó merecida fama en la primera mitad del XX no sólo entre libreros, bibliófilos y bibliógrafos pues, aún tratándose de una colección particular, estuvo a disposición de los investigadores y, con cierta frecuencia, se mostraron sus joyas más notables en exposiciones colectivas o en individuales organizadas por su propietario.
La colección de libros que José Lázaro tenía en Parque Florido, su palacio madrileño, se vio incrementada con otros que había adquirido en París y Nueva York y con varios miles de volúmenes procedentes de la Biblioteca Nacional, que constituían una buena parte de los libros que habían salido de su casa en 1936 cuando fueron incautados. El inventario, concluido en 1951, relaciona manuscritos, impresos, publicaciones periódicas, estampas y dibujos y es el reflejo fiel del núcleo inicial de esta Biblioteca con más de 20.000 registros.
La creación de la Fundación Lázaro Galdiano aseguró la conservación de los fondos artísticos y bibliográficos, también su aprovechamiento para el estudio y divulgación de los mismos.
Desde aquella fecha se pueden establecer tres etapas diferenciadas: la primera comprende desde que se creó hasta la década de los años noventa del siglo XX, la segunda concluye en 2007 pues al año siguiente tomó un nuevo rumbo con la mirada orientada hacia proyectos culturales y de investigación, el más adecuado por las colecciones que atesora la Fundación.
Primera etapa
Se realizó del inventario. En la década de los años cincuenta se reformó el edificio para facilitar las labores propias de la Biblioteca y disponer de una sala de lectura adecuada para la atención a los investigadores. Hubo un impulso inicial en la adquisición de libros con fin de actualizar una biblioteca que había permanecido prácticamente cerrada desde 1936.
Segunda etapa
Se inicia la segunda etapa a partir de 1997, cuando, al quedar la Biblioteca y el Archivo unidos orgánicamente, se puso especial énfasis en la difusión, con publicaciones. También se reformaron las instalaciones y, por otra parte, se vio incrementado el fondo con un legado tan notable como el que conforman la Biblioteca y el Archivo de Pedro Antonio de Alarcón.
Tercera etapa
A partir de 2008, la gestión del Gabinete de estampas y dibujos pasó a este Departamento y se plantearon nuevas iniciativas encaminadas al estudio y a la investigación con proyectos culturales y acuerdos con entidades del ámbito académico y universitario. La tarea se vio facilitada, de forma especial, con la creación de la sala Joyas Bibliográficas en el Museo, en la que se han ido mostrando obras que no figuran en la exposición permanente: manuscritos, impresos, encuadernaciones, documentos, fotografías, estampas y dibujos.
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