El Museo del Prado alberga el «Portón – Pasaje», que no solo es una entrada ceremonial, sino también una importante escultura independiente. La pieza fue creada entre 2006 y 2007 por Cristina Iglesias, como parte de la ampliación del museo diseñada por Rafael Moneo y está situada en la calle Ruíz de Alarcón.
La obra está compuesta por seis enormes piezas de bronce, cada una de seis metros de altura, con un peso total de 22 toneladas. La estructura cuenta con un mecanismo hidráulico de apertura y cierre de las puertas durante horarios específicos. Esto permite a los visitantes ver la obra en determinados momentos del día. Este sistema complejo es gestionado por motores rotatorios, lo que añade un componente dinámico y tecnológico a la escultura. En resumen la puerta es útil y también una obra de arte.
Todas las piezas tiene diseños complicados de plantas inventadas, muy típicas en otras obras de la artista Iglesias. Estos diseños hacen que la gente piense en cómo la naturaleza y la arquitectura están conectadas. Estos detalles, no solo añaden profundidad visual a la obra, sino que también crean una experiencia táctil y sensorial única.
La artista Cristina Iglesias define y describe el Portón-Pasaje como un «tránsito» que representa el viaje del Museo del Prado hacia el futuro. Más que una simple entrada, la obra actúa como un umbral que conecta el pasado con el presente, simbolizando la evolución continua del museo.
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