Dejamos a Carafina al cuidado atento y amoroso de su primera camada. Han pasado algunas semanas y,como ya apunté, tuve que tomar la decisión de separar a casi todos los gatitos de su mamá o a su mamá de sus gatitos, es igual. Me sentí -y me siento- igual de mal.
Escucho todavía los lamentos y las llamadas de Carafina, recuerdo cómo se sentaba delante de mí, pidiéndome ayuda para encontrar a sus gatolitos. Me sentía como un miserable traidor -me ha costado más de una lágrima-, cada maullido era una herida que se abría. ¡En fin!
Nos
hemos quedado con el gatito más feíto y más flaquito de la camada. Nos daba no
sé qué regalar este animalito. Ya se sabe que para los padres no hay hijo feo, pero este lo es verdaderamente, sin paliativo.
Le hemos bautizado con el nombre de Gotu. Ya sé, es masculino, esperemos no equivocarnos.
Pasados los malos momentos, nos hemos volcado en la crianza de Gotulito, su mamá gatuna y nosotros, su familia humana. Es impresionante observar el adiestramiento de Gotu, cómo Carafina enseña por medio de juegos lo que más adelante necesitará para sobrevivir; con qué cariño le trata, cómo le limpia con su lengüecita, cómo le abraza cuando esta mamando, con qué ternura le regaña. Yo me paso las horas muertas observándolos, es como un documental de Rodriguez de la Fuente, pero en directo.
Os voy a contar un episodio de la vida de esta pareja. " Recostada contra una pared había una alfombra enrollada. Gotulito guiado por su curiosidad innata, se acerca, la huele, la toca y comienza a trepar como si de un arbol de tratara, a pocos metros Carafinita observa. Llegado Gotu a la cumbre, observa el panorama y decide bajar, pero ve con pavor que está demasiado alto y comienza a mallar para llamar la atención de su mamá. Carafina se levanta,se acerca a la alfombra y comienza un dialogo entre madre e hijo. El Gotu cada vez más temeroso y Carafinita cada vez más enfadada y yo observando la película.
Por fin, Gotu se decide, baja como puede y al final cae al suelo. Sin terminar de caer, recibe de Carafina un cogotazo y un maullido, como diciendo: "lo ves, como te lo decía" . A continuación le lame todo el cuerpecito y le da de mamar un poquito.
Nosotros poco podemos hacer, más que proporcionarles comida, curar los ojitos a Gotu con agua de manzanilla y quereles mucho.
Pasados los malos momentos, nos hemos volcado en la crianza de Gotulito, su mamá gatuna y nosotros, su familia humana. Es impresionante observar el adiestramiento de Gotu, cómo Carafina enseña por medio de juegos lo que más adelante necesitará para sobrevivir; con qué cariño le trata, cómo le limpia con su lengüecita, cómo le abraza cuando esta mamando, con qué ternura le regaña. Yo me paso las horas muertas observándolos, es como un documental de Rodriguez de la Fuente, pero en directo.
Os voy a contar un episodio de la vida de esta pareja. " Recostada contra una pared había una alfombra enrollada. Gotulito guiado por su curiosidad innata, se acerca, la huele, la toca y comienza a trepar como si de un arbol de tratara, a pocos metros Carafinita observa. Llegado Gotu a la cumbre, observa el panorama y decide bajar, pero ve con pavor que está demasiado alto y comienza a mallar para llamar la atención de su mamá. Carafina se levanta,se acerca a la alfombra y comienza un dialogo entre madre e hijo. El Gotu cada vez más temeroso y Carafinita cada vez más enfadada y yo observando la película.
Por fin, Gotu se decide, baja como puede y al final cae al suelo. Sin terminar de caer, recibe de Carafina un cogotazo y un maullido, como diciendo: "lo ves, como te lo decía" . A continuación le lame todo el cuerpecito y le da de mamar un poquito.
Nosotros poco podemos hacer, más que proporcionarles comida, curar los ojitos a Gotu con agua de manzanilla y quereles mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario