Salimos de Gijón por las largas avenidas de Galicia y Argentina. La señalización no siempre esta clara y pueden producirse perdidas.
El callejeo de Gijón da paso a un tranquilo caminar por el monte Areo y el valle de Carreño. Tras sortear varios ríos nos iremos aproximando a la ciudad de Avilés. En la parte final, el asfalto de la AS-19 nos lleva hasta esta ciudad.
Distancia:
25,4 km
Duración:
Duración:
6 horas 30 minutos
Dificultad:
2/5
2/5
Paisaje/Naturaleza:
2/5
2/5
Km. 0 Gijón
La salida de Gijón es sencilla pero muy pesada. Seguimos el paseo marítimo, junto al puerto deportivo, y avanzamos recto por la avenida Rodríguez San Pedro (playa de Poniente a mano derecha) hasta la glorieta de la plaza Padre Máximo.
Por la derecha, avanzamos siguiendo las conchas incrustadas en el suelo de las avenidas Mariano Pola, Galicia y República Argentina, la cual se prolonga en la carretera AS-19.
La tortura del asfalto, las naves industriales y el tráfico continua hasta el ascenso al Monte Areo, recuperando el anhelado sosiego de las zonas rurales.
Km. 7,6 Pavierna
Seguimos el ascenso, que progresivamente se va moderando, por largas pistas entre bosques de eucaliptos: es el Monte Area, declarado Parque Arqueológico por el descubrimiento de numerosos dólmenes y túmulos del Neolítico.
Km 12,0 Santa Eulalia (Carreño)
Cruzada la carretera CE-6 seguimos en la misma dirección; a 400 metros tomamos una pista asfaltada a mano izquierda que, más adelante, se convierte en una pista de tierra.
Km 16,9 Tabaza
Km 20,6 Trasona
Km. 25,4 Avilés
Atención:
Etapa sencilla y relativamente corta: hoy enlazamos los dos grandes polos industriales de Asturias. Orográficamente, la única dificultad es el ascenso al Monte Aro, con 185 metros de desnivel: poquita cosa.
Gijón
La salida de Gijón, señalizada con conchas metálicas en el suelo (sistema muy poco efectivo).
Santa Eulalia (Carreño)
Al final de la bajada del Monte Areo llegamos a la iglesia de Santa Eulalia, en Carreño: es un lugar agradable para un descanso, pues hay fuente, bancos y sombra.
Entre Gijón y Tabaza no hay, a pie de camino, servicios de restauración. A partir de Tabaza vamos encontrando bares y restaurantes con menús económicos, cuya clientela principal son los trabajadores de las industrias cercanas, aunque ya acostumbrados a la presencia de peregrinos.
A la salida de área urbana de Gijón ascendemos al Monte Areo: hay una necrópolis, con dólmenes y túmulos neolíticos, de entre 3000 y 5000 años A.C. El dolmen de San Pedro, el más conocido, cae a 400 metros del camino, con el desvío indicado.
Hoy podemos disfrutar de la gastronomía asturiana típica, con sus pucheros y quesos o el cachopo, dos filetes de ternera rellenos de jamón y queso y rebozado con pan rallado.
Avilés.
La llegada a Avilés, por Tabaza y Trasona, entre autovías, autopistas y gigantescas industrias siderúrgicas, es uno de los tramos menos agradecidos del Camino del Norte. Sin embargo, la entrada propiamente a la ciudad ha mejorado ostensiblemente gracias al desvío del camino junto a la ría de Avilés, y que en su tramo final cruza un agradable parque urbano.
El agradable y populoso casco antiguo, magníficamente rehabilitado, sorprenderá positivamente al visitante. Cuenta con calles peatonales empedradas, con palacios, pórticos, iglesias… Sus lugares y edificios más destacados son: la plaza de España, con el Ayuntamiento y el palacio del Marqués de Ferrera, hoy hotel de lujo; la iglesia Vieja de Sabugo, románica; la iglesia de San Nicolás de Bari; el palacio de García Pumarino; el palacio de Valdecarza; la Fuente de los Caños, etc.
En la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery se expone un fragmento del Lignum Crucis (madera de la cruz) procedente del Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Junto al casco antiguo, pero al otro lado de la ría, se levanta el flamante Centro Cultural Niemeyer, inaugurado en 2011, única obra en España del arquitecto Oscar Niemeyer.
Tiene el puerto pesquero principal de Asturias, así que podemos probar su pesca en elaboraciones con arroz o fabes.
Imagenes:
de Gijón
a Aviles
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